Como en muchas ocasiones Mons. Tito Solari, actualmente Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Cochabamba abre su corazón para compartir aquellas cosas que ocupan su mente a momento de revisar su servicio como Pastor de la Iglesia de Cochabamba.
Al concluir su servicio pastoral como Arzobispo de Cochabamba, Mons. Tito agradece a Dios y manifiesta sentirse tranquilo.
Al mismo tiempo dejó saber que estaría presente el peso por las cosas que no hizo, entre ellas destacó la falta de cercanía con la gente, particularmente con los jóvenes y los primeros sacerdotes debido a temas administrativos que lo consumieron, según manifestó.
No podemos dejar a Cristo en la calle
Dijo Mons. Tito, al referirse a una falta de radicalidad en la atención a los pobres, especialmente niños. A sí mismo reconoce que gracias a la apertura de un hogar para niños en la Arquidiócesis se han rescatado cerca de mil niños de las calles, “pero todavía hay niños en la calle y cualquier cultura, cualquier civilización y sobre todo cualquier Iglesia respondiendo al mandato de Jesús que se identifica con los niños, no puede dejarlos en la calle, no podemos dejar a Cristo en la calle, creo que este es el dolor más grande que siento, un dolor que tengo en el alma” cuenta con tristeza el Arzobispo.
Confiado en Dios Mons. Tito concluyó diciendo: “Señor perdóname, Señor aquí está, te toca a ti hacer lo que yo no puedo hacer y es el Señor el que resuelve los problemas y está cerca de la gente”.