Análisis

Javier Gómez Graterol: El tiempo no es renovable…

Yo soy uno de los que ha guardado rencor por años, le ha costado superarlo, tiempo en hacerlo y, una vez que lo he trabajado, y dominado, me doy cuenta del tiempo perdido, tanto en haberlo guardado, como del lapso perdido en general.
Mi proceso de sanación, perdón y reconciliación conmigo mismo (más que con esa persona ausente a quien guardaba rencor) y haber practicado tantas exequias, a personas de todas las edades y condiciones sociales, me ha hecho reflexionar mucho sobre la fugacidad de la vida y del tiempo. Me he encontrado en diferentes períodos de mi vida con algunas enseñanzas sobre el tiempo que he internalizado y quiero compartir. Comenzaré por la Biblia:
1. “Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo” (Eclesiastés 3,1). “Lo que es, ya antes fue; lo que será, ya es. Y Dios restaura lo pasado (Eclesiastés 3,15), es Dios quien me ha ayudado a restaurar mi paz y a reconciliarme con el pasado, a perdonarme por los errores cometidos y a perdonar a quienes he tenido que perdonar por la razón que sea. Dios me ha dado la gracia, y me ha puesto, a su debido tiempo amigos, maestros, asesores espirituales, psicólogos, con los cuales he podido reflexionar y salir adelante. También siento que Dios restauró mi pasado, en especial mis pecados más graves, con su perdón.
2. “No digas: ¿Cómo es que el tiempo pasado fue mejor que el presente? Pues no es de sabios preguntar sobre ello” (Eclesiastés 7,10): por mucho que duela lo que pase, pasa por una razón que luego comprenderemos más adelante, sea en esta vida o en la otra, (esto lo entrelazo con Rm 8,28).
3. Enseñanzas de autores famosos: “Frecuentemente el tiempo es para nosotros como una carga; no sabemos en qué emplearlo, y vivimos como fastidiados con él. Día llegará en que un cuarto de hora nos parecerá más estimable que todos los bienes del universo” (Fenelón), en esta época de dispositivos y redes diseñados para mantenernos embotados, es una verdad que para más de uno pesará luego, por el tiempo perdido. El tiempo es un recurso natural no renovable, decían las abuelas “el tiempo perdido hasta los santos lo lloran”.
4. “El tiempo es un puente… no hagas sobre él un castillo” (Proverbio egipcio).
5. “Los años enseñan muchas cosas que los días jamas llegan a conocer. Graben esto en su corazón: cada día es el mejor del año” (Emerson).
6. “En tiempo de abundancia recuerda el tiempo de hambre, la pobreza y la penuria en días de riqueza. De la mañana a la tarde corre el tiempo, todo pasa presto delante del Señor” (Eclesiástico 18, 25-26).
Podría decir muchísimo más, pero para mí de los tiempos que mejor podemos invertir son: la oración, porque optimiza el resto de nuestro tiempo en y desde Dios (de ahí que los monjes crearon la liturgia de las horas para santificar el tiempo) y el de lectura. El otro que mejor se invierte es el de amar y servir al prójimo, aunque no se reciba nada a cambio (Dios lo ve, y es lo que importa). Dios con nosotros.
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