La noche del último lunes, la Catedral Metropolitana y la plaza principal de esta ciudad fueron escenario de una fervorosa muestra de devoción a la Virgen de las Mercedes, llamada la Virgen Patriota desde la Batalla de Amiraya, cuando su imagen fue impactada por las balas de las tropas realistas.
Mujeres y hombres; jóvenes, niños y ancianos de diferentes sectores de la población, junto a las integrantes de la Sociedad Hijas del Pueblo, e igualmente con la presencia de miembros del Centro de Residentes Cruceños, participaron en una solemne misa oficiada por el rector de la Catedral, Presbítero Marcelo Bazán y luego en una procesión alrededor de la plaza “14 de Septiembre”, con el acompañamiento de la Banda de Música de la Municipalidad, portando la imagen de la Virgen Patriota, así como también una imagen de la Virgen de Cotoca. El grupo de Mariachis “Mi Tierra” también se sumó a los actos dedicados a la Virgen Patriota, con una serie de interpretaciones musicales.
Luis Felipe Guzmán, en la compilación de Héctor Cossío Salinas, “La Tradición en Cochabamba”, destacó que luego de la Gesta Libertaria del 14 de septiembre de 1810, ante la inminente arremetida de las fuerzas realistas comandadas por Goyeneche en agosto de 1811, los patriotas de este valle decidieron acudir al campo de batalla con la imagen de la Virgen de las Mercedes.
“Los patriotas cochabambinos –remarcó Guzmán– la colocaron en unas andas. Empero, sus esfuerzos fueron inútiles desde el primer paso de retroceso que se vieron obligados a dar en Sipe Sipe, hasta la postrera y encarnizada resistencia opuesta por ellos en Amiraya. Consumada la derrota, un grupo de infantes se apoderó de las andas de la Virgen, emprendiendo con ella una prudente retirada, que bien pudo llamarse fuga, pues a causa de la persecución que comenzaba la caballería realista, la Virgen podía quedar prisionera…
“¿Prisionera la Virgen de las Mercedes? ¿La Patriota? ¿La intercesora del pueblo? ¡Imposible! No había tiempo que perder para salvarla. Uno de aquellos valientes patriotas sujetó a un caballo que estaba descarriado, mientras por su orden los demás cortaban las ligaduras que la sujetaban a las andas. Una vez montado, ese valiente patriota tomó en sus brazos a la sagrada imagen de la Virgen y se lanzó con ella a escape, sufriendo una lluvia de balas que amagaron su grupa…
“En contadas horas, el feliz patriota llegó jadeante a la puerta del templo con su preciosa carga, siendo recibido por clamorosos gritos de una multitud de mujeres, ancianos y niños. La batalla se había perdido. Pero se había logrado salvar a la Virgen, aunque herida con más de un balazo, cuya huella se comprueba en su cuerpo de madera esculpida. Así se salvó a la querida, la hermosa, la morena, la primitiva imagen de la Virgen de las Mercedes, a la que desde entonces se la llamó Patriota. ¡Sí! ¡Patriota!”
Luis Felipe Guzmán recordó igualmente que fue el conductor de la Revolución Libertaria del 14 de septiembre de 1810, Francisco del Rivero, quien, mediante un decreto fechado el 23 de septiembre de 1810, dispuso que al día siguiente, 24 de septiembre, se rinda culto a la sagrada imagen de la Virgen de las Mercedes como a “patrona jurada por el vecindario”, venerada hasta nuestros días con este mismo título en la Catedral Metropolitana “San Sebastián” de Cochabamba.