Durante los últimos meses me ha tocado, como parte de mi ejercicio ministerial, el presidir exequias, las cuales me parecen muy importantes porque ayudan a los familiares de la persona fallecida a darle un cierre de esperanza en el más allá a la partida de su ser querido.
Comúnmente, cuando muere alguien mayor, se tiende a decir “ya le tocaba”, y si muere alguien más joven, como me ha tocado también ver, la familia suele mostrarse más desgarrada, adolorida, porque juventud es igual, para muchos, a etapas no vividas, a esperanzas no consolidadas.
En mi homilía exequial suelo citar la frase atribuida al dios egipcio de la muerte, Anubis, el dios chacal: “la muerte no tiene lógica, esa es la lógica de la muerte”, y con ella, explico que morir no es algo que ocurre cuando nosotros queremos, puesto que nadie tiene el mañana garantizado. Aún así, sí, me ha dolido ver partir a jóvenes a tan temprana edad y ver a sus familias, en especial a sus padres, acongojados.
Es por ello que nunca dejo de recordar, a los familiares del difunto, que la Virgen dejó 15 promesas a quien reza el rosario, de las cuales solo adelanto dos: le salvaré de una muerte trágica, y no morirá sin haber recibido los sacramentos. También hay que recordar que es promesa bíblica que honrar padre y madre prolonga los días sobre la tierra (Éx 20,12; Deut 5,16).
Morir habiendo recibido los sacramentos tiene mucha importancia: es partir a la eternidad habiendo recibido el perdón oficial de Dios, dado mediante aquellos a quienes les dio el poder de atar y desatar. Es morir con la lucidez suficiente como para decir un adiós, con la conciencia de una eternidad con la que inevitablemente a todos nos toca abrazarnos. La muerte es para todos, nadie se escapa de ella y en eso todos somos iguales. Vivir con la conciencia de que todos vamos a dar ese paso nos guste o no, lo aceptemos o no, nos ayuda a darle sentido verdadero a nuestras vidas, el problema no es la muerte, es el cómo la recibamos. Dios con nosotros.
Autor: Javier Gómez Graterol, religioso / periodista
Artículos relacionados:
Juan José Toro: “Vida vs. muerte”
Francisco: “Quien practica la misericordia no teme a la muerte”
Miguel Manzanera: Hospital inglés acelera la muerte de Alfie
Mons. Eugenio Scarpellini: Jesús no quiere la muerte del pecador
Carlos Padilla: Dale la espalda a la muerte