La última carta de Monseñor Nicolás Castellanos como presidente de la Fundación Hombres Nuevos tomó por sorpresa a varios. El sacerdote, desde noviembre, cedió su lugar a una filóloga, la española Marta Sánchez, quien a través de un patronato será la encargada de captar los recursos necesarios para poner a funcionar la gran maquinaria que representa Hombres Nuevos.
¿Qué lo puso a pensar y a reparar en los 83 años que lleva encima? ¿se alejará de la obra que este 16 de enero cumple 27 años? ¿se va del país y de su tan querido Plan Tres Mil? y ¿por qué en esa carta manifiesta que está ocupado en dejar bien establecido adónde irán a parar los bienes de la fundación en caso de disolución?
Desde su nueva casa, Monseñor Nicolás confirma a EL DEBER que ha dado un paso al costado. La construcción es de ladrillo visto, está sobre la avenida Paurito y es sencilla y modesta como él. “En la vida todo tiene fin, voy a tener 84 años, es bueno que piense en el futuro. Podía haber sido presidente hasta que me muriera, pero he preferido dejar las cosas en vida. He tenido la opción de nombrar (a alguien) y lo hice para que el proyecto tenga continuidad”, aclara.
Su secreto para estar tan vital como si tuviera 30 años menos es la oración, leer mucho y escribir. Él dirá antes que nada que es ayudar a los demás. “Ser yo feliz y hacer feliz a los otros” es su lema.
Austero hasta el tuétano, duerme en cama de una plaza, rodeado por anaqueles con libros y un escritorio lleno de papeles en el que sobresale una calculadora con números bien grandes.
Las cuentas que debe llevar son de varios ceros, él mismo no se anima a dar una cifra exacta, pero ya se propuso estudiar a fondo cuánto es el dinero que ha requerido para materializar la obra de Hombres Nuevos. Empezando por las 100 escuelas que construyeron y donaron en todo el país, la única escuela de teatro que está en la Ciudad de la Alegría (erigida también por la fundación), un hospital en la rotonda del Plan, la orquesta sinfónica Hombres Nuevos, un comedor, un centro de día para personas de la tercera edad, becas para estudios y un alojamiento para estudiantes en Coro Coro para que dejen de caminar cuatro horas de ida y cuatro de vuelta para asistir a clases. Sin mencionar la larga lista de proyectos que están a punto de ver la luz.
El 18 de febrero es su cumpleaños, pero ese día él mismo se encarga de desaparecer, se esfuma de la vista de quienes lo conocen y aparece al día siguiente. Para monseñor, ese es un día cualquiera, mientras que otros, los más afortunados son días de sopa de maní, majadito, keperí o picante.
¿Cómo van a funcionar las cosas de ahora en adelante que usted ya no es el presidente?
Desde noviembre Hombres Nuevos tiene una presidenta en España, pero aquí funciona autónomamente, es decir, todo está exactamente igual que antes y yo sigo apostando por los pobres, viviendo con ellos.
El proyecto Hombres Nuevos hace 12 años que está en manos bolivianas, gente joven a la que le dimos universidad. Ellos son los responsables del proyecto. Ahora tienen entre veinti tantos y treinta y tantos, a muchos les di la primera comunión, todos son licenciados, algunos con masterado, es gente preparada.
En cuanto a la presidenta, es hija del vicepresidente de la Fundación, Gregorio Sánchez, y de Carmela Mediavilla, una gran mecenas en España. Me quedo solo como fundador del proyecto. Ella ha crecido con el proyecto y lo conoce muy bien.
¿Por qué quiere dejar esto organizado en vida? ¿Ha tenido un susto con su salud?
En todos los cargos que he estado siempre han sido temporales. Además, ya los años pesan. Yo seguiré trabajando por los pobres y sigo teniendo muchos proyectos.
Con la presidenta en España, ya no tendrá que viajar tan seguido…
No concibo que una facultad de teatro sin ánimo de lucro o una orquesta de rango internacional no tengan ayuda. Como aquí nadie nos financia… no me queda más remedio que viajar para traer recursos.
¿Lleva la cuenta de a cuántas personas ha cambiado la vida?
No he tenido tiempo de pararme a hacer cuentas, pero por ejemplo, Hombres Nuevos ha formado a 5.000 licenciados. El otro día en Viru Viru un hombre joven me saludó y me dijo: “Si me pides ponerme de rodillas, me pongo”, y le pregunté ¿por qué? Me respondió: “Soy veterinario, trabajo en Yacuiba, tengo mi familia y un buen salario, todo gracias a Hombres Nuevos, yo podía ser candidato a delincuente; sin embargo, me diste beca y me hice veterinario”. Hemos hecho más de 100 escuelas, entonces debe haber por lo menos 100.000 alumnos, 65 canchas polifuncionales, son cientos de jóvenes que las están usando todos los días, en el feriado tuvimos dos mil personas en las piscinas y solo les cobramos Bs 10… No tengo calculado los millones de personas que hemos beneficiado.
¿El reto de ahora es la autofinanciación?
Sí. De nosotros dependen nueve colegios, un comedor, la escuela de música que acabamos de inaugurar requiere un presupuesto de Bs 170.000 para funcionar al año. Para eso tenemos un proyecto de viviendas sociales, nos cedieron el terreno, fue Adalid Novillo, en Cotoca. Serán viviendas de bajo costo que dejarán una rentabilidad para mantenernos.
En caso de disolución ¿adónde irán los bienes?
En la vida nada es eterno y si un día desaparece la fundación, yo tengo sumo interés en que estos bienes vayan solo a los pobres y lo estamos haciendo con un abogado, actualmente los bienes están a nombre de la fundación y si un día, por lo que sea, deja de funcionar, hay que cuidar que de estos bienes no se aproveche alguien por ahí.
¿Cuántos bienes hay?
No mucho, tenemos la Ciudad de la Alegría, esta casa, un departamento, la escuela de teatro, el hospital…
¿Le han dicho que parece que la obra que usted hace es la que debieran hacer los políticos? ¿lo han tentado de entrar a la política?
Un elemento esencial de toda evangelización es la promoción integral de todo hombre y mujer. Hacer una escuela es evangelizar, cuidar un hospital es evangelizar, porque Jesús vino a buscar la liberación de todas las esclavitudes de la persona. Para mí todo lo que estamos haciendo es parte de ese programa de dar la buena noticia de Jesús, que es la liberación de esclavitudes y de miserias. Para mí es igual dar la eucaristía que hacer una escuela. Además, no se puede evangelizar a alguien que tiene el estómago vacío.
¿Qué opina de las elecciones que tenemos en puerta?
Ante todo se debe respetar la Carta Magna. Si no se hace, vamos a caer en autocracia y dictadura y estas, sean de izquierda o de derecha, son malas. El mejor sistema político que tenemos es la democracia y hay que defenderla.
En su carta de despedida usted dice que estrena vida cada mañana ¿qué quiere decir?
Cuando me ordené tenía 24 años y me preocupaba no tener la misma ilusión con el paso de los años. Por eso estreno vida cada mañana gracias a mi encuentro con Dios y a la amistad.
Fuente: El Deber