Análisis

Apunta al rescate de jóvenes humo blanco del Episcopado

Análisis de la nueva directiva de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) que tendrá la difícil tarea de regir los destinos de la Iglesia Católica durante el trienio 2012-2015.

Diego Padrón, presidente; José Luis Azuaje, 1er vicepresidente; Mario Moronta, 2do. Vicepresidente; y Jesús González, secretario general

 

Cambios interesantes presenta la cabeza de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) desde este lunes 9 de enero, cuando los obispos y arzobispos de esa Iglesia particular se reunieron en su tradicional asamblea ordinaria de inicio del año.

La nueva directiva introduce algunas variantes dignas de analizar, por cuanto la elección del equipo este año coincide con proyectos internacionales liderados por el Papa, como el establecimiento del “Año de la Fe” en el marco del cincuentenario del Concilio Vaticano II y la nueva evangelización que ha impulsado con énfasis Benedicto XVI.

Electo para encabezar el Episcopado de Venezuela, Mons. Diego Padrón deberá sortear no pocas dificultades con un gobierno cuyo máximo representante pareciera dar la misma importancia a ritos con paleros que a una Misa católica.

Veamos de quién se trata: el arzobispo de Cumaná, quien pronto cumplirá 73 años de edad, es carabobeño de nacimiento; inició sus estudios en Valencia, pero los continuó en el Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima, en Caracas.

Es experto en Castellano y Literatura; Latín y Griego bíblico. Tiene amplia experiencia en materia de pastoral juvenil y egresó como licenciado en Teología Bíblica de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Lo ordenó Sacerdote el 4 de agosto de 1963, nada menos que Mons. José Alí Lebrún Moratinos, cuando era Obispo de Valencia, y quien 19 años más tarde se convertiría en Cardenal.

El Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo Auxiliar de Caracas y luego Obispo de Maturín en 1994. Fue presidente de la Comisión Episcopal de Laicos y Juventud de la CEV, y de Pastoral Bíblica (1996 a 2003); además, presidió el Departamento de Catequesis del Episcopado Latinoamericano (CELAM) y también el de Educación Religiosa Escolar (ERE).

El nuevo presidente del colegio episcopal venezolano es profesor de Catequesis en el Instituto de Teología Pastoral de América Latina (ITEPAL), y es directivo de la Federación Bíblica Católica (FEBIC).

Lo interesante no es su amplio currículo, pues éste es un factor común entre los obispos latinoamericanos, sino su particular e interesante perfil, así como la afinidad que este prelado pudiera tener con el ahora primer vicepresidente de la CEV, Mons. Mario Moronta, en Táchira.

Tengamos en cuenta que el primer Obispo de San Cristóbal también nació en Valencia, estado Carabobo; y su riquísima labor episcopal dejó la siembra de instituciones como Diario Católico, que hoy perduran y ondean con éxito.

No en vano, impulsado por Moronta, avanza Tomás Antonio Sanmiguel en su proceso de beatificación en Ciudad del Vaticano, por lo que pudiéramos pensar en alguna intervención divina para el empuje de obras en el marco pastoral.

Licenciado en Sagradas Escrituras y uno de los pocos doctores en Teología Bíblica con que cuenta la Iglesia Católica en América Latina, Mario Moronta fue nombrado obispo en 1992, y desde 1999 regenta la Diócesis de San Cristóbal.

Benedicto XVI lo designó miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2009, y más tarde reconocería su capacidad al nombrarlo parte del Comité Coordinador para los XX años del Catecismo de la Iglesia Católica. En la CEV, su responsabilidad es como presidente de la Comisión de Doctrina y Fe.

Pero hay otro elemento interesante y tiene que ver con el hecho de que Táchira cuenta actualmente con una de las más pujantes pastorales juveniles del país; en mi opinión, el principal desafío del Concilio Plenario de Venezuela: rescatar y atraer a los jóvenes.

La nueva CEV está concentrando a las personas con mayor formación y experiencia en materia de doctrina y jóvenes, atendiendo igualmente a elementos como educación y catequesis; todo ello con miras a la nueva evangelización.

También forma parte del equipo el trujillano Mons. José Luis Azuaje Ayala. Con 54 años de edad, es uno de los Obispos más jóvenes y dinámicos de Venezuela. Estudió Filosofía en Caracas, y obtuvo en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma la Licenciatura en Teología.

Es Licenciado en Filosofía y en Educación, posee una Maestría en Docencia para la Educación Superior y cursó estudios en Gerencia de Recursos Humanos. Además, es doctor en Ciencias Humanas y tiene amplia experiencia como profesor de pregrado y postgrado en varias universidades. Fue ordenado Sacerdote en mayo de 1984. Y al igual que estos personajes, es un experto catequista. De hecho, fue Director Diocesano de Catequesis y Pastoral Social.

Dirigió el Instituto de Estudios Filosófico-Teológicos “Divina Pastora” de Barquisimeto, y fue Secretario General de la CEV de 2001 a 2006. Desde entonces es Presidente de Cáritas de Venezuela y fue uno de los organizadores de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM).

Mención especial merece Mons. Jesús González de Zárate, quien fue reelecto como Secretario General del Episcopado. Con 47 años de edad, fue ordenado en 2008 como el Obispo más joven de Venezuela. Y además, recibió la ordenación de manos del Cardenal Jorge Urosa Savino.

Como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Caracas, es una de las piezas claves del accionar de Savino, con quien se dice tiene particular cercanía. Al igual que Mons. Diego Padrón, es muy amigo de los medios de comunicación social.

Otra particularidad es que González de Zárate Salas nació en Cumaná, sede de la Arquidiócesis del mismo nombre y capital del estado Sucre. Y, sorpresa, fue Asesor de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Caracas desde 1986 hasta 1992; además, se le encargó la subdirección académica del Instituto Universitario Santa Rosa de Lima (1992-1993).

En Roma estudió Teología Espiritual en 1995 en la Pontificia Universidad Gregoriana, donde obtuvo con honores la Licenciatura al recibir la distinción Summa Cum Laude. También fue Director del Secretariado de Catequesis tres años luego de llegar de la Ciudad Eterna.

Fue Secretario Ejecutivo del Concilio Plenario de Venezuela hasta el 2003, y la buena calidad de su trabajo fue premiada al elegírsele como Secretario del Episcopado, cargo en el que acaba de ser ratificado.

Bien dijo el Papa Juan Pablo II que: “Los jóvenes son la esperanza del mundo y de la Iglesia”. Lo confirmó con énfasis Benedicto XVI el primero de enero de este año en su espectacular mensaje por la Paz.

Este equipo, particularmente doctrinal y juvenil, nos reitera lo que afirmó uno de los más reconocidos diplomáticos del planeta, el Nuncio Apostólico Mons. Pietro Parolín en Caracas hace pocas horas: “Teniendo este país una población muy joven, hay esperanza para Venezuela”.