En la última liturgia celebrada por Tito Solari como arzobispo de Cochabamba exhortó a que cese la violencia e impere la concordia. Se refirió a las agresiones a niños, a los suicidios y a los alarmantes hechos de feminicidio.
Días antes, Solari anunció que la de ayer iba a ser su última celebración como Arzobispo deCochabamba.
La celebración marcó la clausura del Primer Congreso Eucarístico Diocesano desarrollado en Quillacollo los días 22 y 23 de noviembre.
Desde la perspectiva de Solari, la concordia entre ciudadanos podrá frenar las agresiones “que se han vuelto la cultura que respiramos cada día” y debe ser la misión de la Iglesia católica. Demandó a los católicos a sembrar concordia y no discordia; amor y no odio, perdón y no venganza.
Mencionó que solo así tendrá sentido la labor eclesial en las familias, en los barrios y en el área urbana y rural, enfatizó. Las parroquias deben asumir el desafío de ser el centro de formación de los niños y jóvenes.
Cochabamba asumirá la bandera de ser la ciudad de la concordia, insistió Solari.
En la oportunidad, el sacerdote también convocó a la unidad y a la solidaridad. “Debemos solidarizarnos hasta que nos duela”, predicó.
Hizo un llamado al amor. Dijo que dar la vida es amar cada día de diferentes formas. Por ejemplo, acercándonos a los enfermos, necesitados, sufridos y excluidos. “El que ama no puede ser indiferente ante el sufrimiento y necesidad del otro”.
“Hay que hacer nuestros los sufrimientos y necesidades de nuestros hermanos porque ellos son el mismo Jesús”, señaló.
LA CEREMONIA El altar de El Calvario de la Virgen de Urcupiña, en el cerro de Cota, estuvo colmado por centenares de feligreses quienes se organizaron a través de sus parroquias. Muchos llevaban distintivos para ser identificados como por ejemplo poleras o chalecos.
Una alfombra roja fue tendida sobre el piso empedrado para el paso de las autoridades eclesiales y los párrocos de la arquidiócesis de Cochabamba y numerosos arreglos florales de rosas y liliums adornaron el altar.
En la eucaristía participaron los estudiantes del Instituto Eduardo Laredo con la interpretación de las canciones religiosas. Varios grupos de voluntarios se desplazaron para dar seguridad en el acto en el que por lo menos se desmayaron tres monaguillos y un número similar de sacerdotes.
Una pantalla gigante fue instalada para guiar a los devotos con las canciones interpretadas y la hoja dominical.
TATIANA CASTRO TCASTRO@OPINION.COM.BO