Así como nos cuenta la Sagrada Escritura, con la sombra de Pedro los enfermos se curaban, pero no era simplemente él, sino era el Espíritu de Dios que actuaba. Esto es lo que la población católica en Boliva y América Latina viene viviendo.
Miles de personas llegaron desde los distintos departamentos y fuera del país para estar cerca del Santo Padre, o verlo pasar aunque rápidamente.
Es el caso de Ramiro Soto, joven de 25 años que esperaba algo que aclare su vocación religiosa, y al mirar de pasada al Papa y escuchar su predica decide entregarse al Señor. “En el encuentro con los religiosos escuche el llamado decisivo”, dijo.
Otro testimonio es el de la Señor Liliana, que desde tempranas horas del jueves, fue con sus hijos a la Eucaristía en el Cristo Redentor. “Fui con los niños porque mi marido no quería. Llegamos a la casa y me pidió perdon y nos llevó cerca del coliseo Don Bosco para volver a ver al Papa” “El mensaje del Papa cambió a mi marido”.
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El mensaje y carisma de Francisco creó una renovación del sentirse católicos y una nueva cercanía con la iglesia.
Es indescriptible el Espíritu que irradia, que cuando miró, saludó y bendijo a este periodista; ni las fuerzas ni la estabilidad en mano me respondieron para tomar la foto ideal.
