“Si hemos encontrado a Dios vamos a poder dar testimonio de alegría en tiempos de tristezas. Vamos a poder ser la solución a cualquier problema que se avecine. Vamos a ser Esperanza con mayúscula para nuestro prójimo… a pesar de las desgracias en la que estamos viviendo no perdamos la Esperanza. Este es el momento de la CORRESPONSABILIDAD”, manifestó Padre Ben Hur Soto, Secretario para la Pastoral en la Conferencia Episcopal Boliviana.
En el día en que la Iglesia recuerda a San Joaquín y Santa Ana, padres de María, abuelos de Jesús, remarcó una frase del Papa Francisco: “Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere”.
Homilía Padre Ben Hur Soto
Eucaristía domingo 26 de julio de 2020
Saludos a todas las personas que siguen la trasmisión de la misa, a los que están delicados de salud, a las personas de la tercera edad, a los que están en primera línea: Médicos, Policías, Militares, Personal de Salud, Periodistas, sacerdotes y religiosos.
Jesucristo en el evangelio que hemos proclamado hoy día trata de explicar a sus discípulos QUÉ ES EL REINO DE LOS CIELOS. Para ello, hace tres comparaciones en forma de parábolas, que con seguridad conlleva la exigencia propia del discipulado:
En la primera comparación del tesoro escondido acentúa el vender y comprar para conseguir algo que representa una ganancia para el comprador, para el interesado. El acento del relato recae en la acción del hombre que, casualmente, halla un TESORO, que lo llena de alegría, apuesta TODO lo que tiene para conseguirlo, es evidente, por la esencia misma de la enseñanza de la parábola, al comprar el campo ese hombre no hace ningún mal negocio, al contrario, procura una ganancia.
En otras palabras, el Señor nos está diciendo que el REINO DE LOS CIELOS es como esa persona que se aventura a dejarlo todo por algo más importante. Nos invita a hacer un alto en nuestras vidas y preguntarnos en qué estamos invirtiendo nuestro tiempo, en qué estamos invirtiendo nuestras vidas. Será que es en algo que nunca se acaba, o simplemente es en algo que no dura para la eternidad, o algo momentáneo.
Como por ejemplo, algo que no es para toda la vida es el Poder que tan apetecible se convierte en estos tiempos electorales. En estos días escuchamos en los medios de comunicación social y en las redes sociales poner en la balanza la propia dignidad y bienestar de las personas. ¿Qué es los más importantes?, escuchamos decir, ¿la salud o la economía? Pareciera que sólo se piensa en algunas personas y no en el bien de la sociedad, en los más vulnerables o vulnerados: los ancianos, las personas de la tercera edad, los niños, las personas que viven del día: los comerciantes ambulantes, los lustrabotas, los taxistas, los albañiles. Será que están llevando el pan de cada día a sus hogares. ¿Cómo lo están haciendo?
Haciendo alusión a aquella persona que encontró el tesoro escondido, así como está la situación en nuestro país, hablando de un sector de la sociedad, será que estamos invirtiendo a largo plazo en una educación más comprometida con nuestros niños, con los jóvenes y universitarios; o estamos invirtiendo el tiempo en politizar la educación pensando en unos pocos, que con el antifaz de preocupados por la educación, lo único que se logra es confundir a la sociedad y aprovecharse de ella.
La segunda comparación destaca la intervención de un comprador que quiere obtener algo muy valioso para él, la perla valiosa. Esta parábola retoma el tema del compromiso por el Reino de Dios. Aquí hay algo particular; el comprador no la encuentra casualmente, es algo que estuvo BUSCANDO por mucho tiempo. Entonces se describe que el Reino de Dios es algo que el ser humano ha ido buscado, ha ido anhelando y ha soñado siempre y sigue buscando.
Aunque el texto no lo dice explícitamente, vemos la inmensa alegría del comprador al encontrar la perla valiosa. ¿Dónde notamos esta actitud? Notamos esta actitud al momento de vender TODO para comprar lo que para él era lo más importante en ese momento, la Perla.
¿Qué aprendemos de esta parábola? con seguridad no es la perla misma lo que importa, sino cuánto vale para él. Así será cuando encontremos la perla más valiosa para nuestras vidas, nada puede importar más sino encontrar a Dios, aceptarlo a nuestro buen Dios en nuestras vidas. Es evidente que todo esto conlleva un compromiso con el prójimo, pero no sólo de una manera altruista que eso todo el mundo lo puede hacer, sino de una manera basada en la compasión, unido al corazón de Jesucristo, porque lo único que sale del corazón de Jesús es AMOR.
La tercera comparación, (material propio del evangelista Mateo), enlaza en cierto sentido con la maleza en el trigo del evangelio de la semana pasada. En la red están juntos peces comestibles y otros que no se pueden aprovechar, pero sólo pueden ser clasificados cuando la red esté llena, al igual que el trigo y la cizaña, sólo las podemos separar cuando sea el tiempo de la cosecha, todo esto para no echar a perder el buen fruto.
Aunque esta parábola no hace mención del juicio entre los buenos y los malos, acentúa su mensaje en desechar y castigar lo malo, lo que no se puede aprovechar.
Ante esta situación y de manera muy clara el evangelio nos exhorta a obrar bien y rectamente, a ser buenas personas, buenos cristianos. A cosechar lo que sembramos.
¿Han entendido todo esto? les pregunta Jesús a sus discípulos.
Tácitamente no les pregunta si han entendido un poco, o lo parcial de la totalidad, les pregunta si han entendido completamente los misterios del Reino de los Cielos.
Es Claro que para Jesús entender no significa un reconocimiento intelectual. Lo que les estaba preguntando y nos pregunta en este momento es ¿será que hemos dejado interrumpir nuestra historia personal con la presencia de Dios? Si no nos hemos dejado guiar por la presencia del Espíritu Santo, somos como los peces que no se pueden aprovechar y la maleza que hay que quemar.
Por eso “Seamos esperanza”
Si hemos encontrado a Dios vamos a poder dar testimonio de alegría en tiempos de tristezas. Vamos a poder ser la solución a cualquier problema que se avecine. Vamos a ser Esperanza con mayúscula para nuestro prójimo.
Por eso, les digo estimados hermanos, a pesar de las desgracias en la que estamos viviendo no perdamos la Esperanza. Este es el momento de la CORRESPONSABILIDAD, donde no sólo pensamos en nosotros mismos, en nuestra propia familia, en mi trabajo. Demos un paso más, pensemos en el prójimo, en el próximo; no nos olvidemos de orar por nuestros vecinos, porque hay muchas personas que están sufriendo diferentes desgracias (comida, vestimenta, trabajo), de repente no podamos solucionar todos los problemas, mas aquí tenemos nuestras manos para dar solución a algunos de los problemas, no nos cansemos de hacer el bien.
Y a nuestros políticos, busquen el diálogo porque en la incertidumbre en la que estamos viviendo, este es el momento de buscar espacios de unidad y no de alejamiento. Porque si no sabemos dialogar todos, tampoco podremos gobernar.
No nos olvidemos que por encima de cualquier situación política o social, está primero la salud de toda la sociedad.
Estamos en momentos de crisis sanitaria, ¿dónde se ha invertido el dinero? ¿Por qué son precarios nuestros centros de salud? Ha crecido el número de levantamiento de cadáveres en Bolivia, la gente tiene miedo de esta enfermedad y a veces acude a pedir ayuda médica cuando ya es demasiado tarde. La verdad no estábamos preparados.
No quiero terminar esta pequeña reflexión sin antes saludar a todos nuestros abuelos, en este su día. Con una frase del Papa Francisco en el Encuentro Mundial de las Familias en Roma, 27 de octubre de 2013.
“Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere”. (Encuentro Mundial de las Familias, Roma, 27/10/2013)
Un especial abrazo a todos ellos. Que san Joaquín y Santa Ana, padres de nuestra madre la virgen María protejan a nuestras familias.
Fuente: Iglesia Viva