Cochabamba

Mons. Oscar convoca a estar dentro los Bienaventurados, siendo auténticos Discípulos Misioneros

El Arzobispo de Cochabamba, en su homilía de este VI Domingo del Tiempo Ordinario, recordó la continuidad de las lecturas en estos domingos que llaman a ser auténticos discípulos misioneros del Señor, subrayando que es imperante estar entre los bienaventurados que confían en Dios, aún en las dificultades, pues con ello se es parte del Reino Eterno.

Monseñor menciona que el seguimiento al Señor y el anuncio de la Buena Noticia, no es sencillo, conlleva dificultades y sufrimientos, más aún si es por causa de Jesucristo pues Dios concede la recompensa de la Vida eterna. Con ello menciona “que el Señor nos ayude a descubrir aquello que va en contra, para no está dentro de aquellos a los cuales previene decir: ¡Ay de ustedes!”

Homilía de Mons. Oscar

Es bella y buena la continuidad que tiene la Palabra de Dios en todo este tiempo. Para recordar, hace dos domingos atrás se nos anunciaba la labor, la misión del profeta y se nos inmiscuya también a nosotros como profetas. Casi como recordando, digamos de alguna manera o renovando nuestro propio bautizo que nos hace sacerdotes, profetas y reyes. La labor del profeta es de aquel que habla en nombre de Dios, instituido por Dios. Dice lo que Dios le manda decir. Habla en nombre de Dios. Obedece a Dios. No es una tarea fácil, porque muchas veces es a veces aquello que no se quiere escuchar. Debe anunciar aquello que no se quiere escuchar. Y entonces no sólo puede provocar incomodidad, sino para el mismo. Le viene a ser o resultar a veces contrario a sí mismo.

El domingo pasado se nos inmiscuya como algo muy concreto, lo que hoy vuelvo a repetir como apóstoles, es decir, enviados. La característica del apóstol es que es llamado por Dios, instituido por Dios. No es por mérito propio, no es porque ha hecho una escuela o ha conseguido algunos títulos, sino es Dios mismo que se ha fijado en él y lo elige, lo llama y luego lo envía, lo hace apóstol. Es de aquel que de alguna manera la Palabra de Dios hoy menciona ya en la primera lectura. Feliz el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Es aquel que absolutamente todo y toda su vida la tiene puesta en el Señor, aquel que lo ha llamado, aquel que lo ha enviado, aquel que lo ha convocado. Por eso decíamos en el salmo Feliz el que pone en el Señor su confianza.

Lo que anuncia el apóstol es aquello que el Señor le manda decir. El contenido, por tanto, del mensaje apostólico está justamente en lo que acabamos de escuchar en el Evangelio. O en resumen lo estaba diciendo el apóstol Pablo. ¿Cuál es el contenido? ¿Cuál es el anuncio de esta buena noticia? El que el Señor ha resucitado, Él vive. El Dios que nos acompaña es el Dios de la vida y de la historia. Y esta es la buena noticia para todos. Si ustedes creen y ustedes profesan el nombre de Jesús, felices ustedes, porque recibirán la vida eterna. Y vean qué es lo que propiamente Jesús está narrando en el Evangelio.

Es hermoso cuando dice, no es cierto, Jesús está retirado a una montaña para orar. Pasa toda, toda la noche en oración con Dios, con Dios, no en Dios, sino con Dios. Y cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos. Vean este detalle muy bello. Cuando se hizo de día, después de conversar con Dios, después de ser el profeta y el apóstol y el anunciador, de ser aquel que tiene la intimidad con Dios, llama a sus discípulos. Llama a sus discípulos cuando se hizo de día. Y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de apóstoles. Por eso este tiempo de la Iglesia es muy interesante también que nos invita y hace varios, varios años a ser discípulos misioneros. Es decir, a ser discípulos y enviados. A tener la intimidad con Jesús y luego poder también transmitir a los demás aquello que se nos ha dicho, porque se nos ha enviado a esta grey.

Al bajar con esto, dice Jesús se detuvo en la llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda Judea y de todos los lugares. Y empezó a proclamar y a decir, vean que es el inicio del mensaje evangélico de Jesús, felices ustedes los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece. Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Y así va repitiendo una por otra que aquel que ha puesto su confianza en Dios, aquel que sigue los caminos de Dios. Aquellos que son discípulos obedientes del Señor. Aquellos que cumplen la Palabra de Dios, aquellos que se esfuerzan para que el Reino de Dios esté presente, felices, felices, aunque también tengan la adversidad. Porque si a ustedes los tratan mal, y es en nombre de Jesús, felices ustedes, porque su recompensa será la vida eterna.

Pero no se queda allí. Así como Buen Profeta también anuncia otras cosas, aquello que los estudiosos también dicen los “ayes”, Ay de ustedes, la prevención al mismo estilo que la primera lectura. Felices ustedes si ponen su confianza en Dios, está muy bien, pero el hombre que no pone su confianza en Dios o va en contra de sus hermanos. ¡Ay de aquél! Y entonces está diciendo exactamente lo mismo. Ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo. Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre, etc.

La propuesta, por tanto, hoy, hermanos míos, no sólo es para ser auténticamente profetas, apóstoles, sino entrar dentro de estos bienaventurados, de estos felices, de estos felices. Les invito, pues, entonces a acoger esta palabra, a que el Señor pueda hacer que su Palabra pueda resonar profundamente en nuestro interior y ser partícipes de aquellos bienaventurados. Y que el Señor nos ayude a descubrir aquello que va en contra, para no está dentro de aquellos a los cuales previene decir: ¡Ay de ustedes!

Pidámosle entonces a Él que nos ayude a escuchar este Evangelio, a pertenecer a esta gran familia del pueblo de Dios, de ser discípulos misioneros, de ser apóstoles de aquellos que anuncian el Evangelio y lo transmiten a los demás, y que el Señor nos libre de estar en el bando contrario. Amén.

Fuente: Iglesia Cochabamba