Análisis

Mons. Jesús Pérez: “Convencerse de que se puede”

Hoy es el domingo XV del tiempo ordinario con el cual damos inicio a una nueva etapa de la misión de Jesús. Hoy y el próximo domingo leemos el envío de los doce apóstoles a predicar o evangelizar y a curar a la gente por los diversos pueblecitos y también se habla de la vuelta de estos ilustres misioneros. Hasta este momento Jesús había predicado él sólo, pero ahora envía a sus colaboradores. Esta ha sido y es la tarea de la Iglesia, de todos los bautizados. A esta hermosa misión nos ha enviado el Papa Francisco.

Cristo no les preguntó a sus discípulos si querían ir a hacer misión a esos lugares tan pobres, a anunciar que el Señor Jesús era el Salvador esperado, el enviado por el Padre. Les mandó sin más. El nombre de apóstol, significa” enviado”. Todo nos da a entender que Jesús tiene idénticas intenciones con todos sus discípulos de todos los tiempos. Ahora Jesús quiere que seamos sus colaboradores. Eso es lo que expresaba el papa Pablo VI en la Evangelli Nuntiandi en el número 13,”la orden dada a los doce: vayan y proclamen la Buena Noticia, vale también de diversas maneras para todos los cristianos”.

Jesús ha sufrido un sinsabor, como leíamos el domingo pasado , por la mala acogida en su pueblo de Nazaret, no obstante esto, sigue adelante en la tarea de evangelizar. Jesús llamó a los doce y se hizo ayudar y los hizo sus colaboradores. Los envió de dos en dos como era la costumbre de los judíos. Los discípulos obedientes al mandato de Cristo, sin tener una mayor preparación, pero sí confiando en la gracia y fuerza del que les enviaba. Fueron y volvieron contentos.

En la primera lectura vemos como Dios llama al profeta Amós, un laico, campesino, que tiene buen sentido común y demuestra una gran valentía en el cumplimiento de la misión, a pesar de la gran oposición que encuentra. A este profeta no le fue nada fácil cumplir con el mandamiento de Dios, -a ningún profeta le ha ido bien- Le intimaron para que volviera a su tierra y deje en paz a los sacerdotes del templo de Betel y a las autoridades civiles.

A Amós no le acobardaron las amenazas de las autoridades civiles ni de la mayoría de la gente. A Cristo tampoco le hicieron acallar los fariseos y saduceos con tantas diatribas. A los apóstoles quisieron acallarlos también los jefes religiosos de Israel, pero ellos contestaron valientemente, “es necesario obedecer a Dios antes que los hombres”. Nosotros, hoy día, en este siglo XXI, debemos también obedecer a Dios, no amilanarnos, pase lo que pase, hay que caminar contra corriente, las corrientes que van a galope en su afán de desterrar a Dios de la vida con nuevas leyes que atentan los principio básico de la naturaleza humana.

A nosotros nos toca sembrar, ser testigos de Cristo en todas partes. Tal vez no llegaremos a tener éxitos a a corto plazo, serán otros los que recojan los frutos. Jesús dijo que: “uno es el sembrador y otro el segador” (Jn 4,37). Podemos escudarnos diciendo que no estamos preparados para esta difícil tarea de ser misioneros, pero lo importante es CONVENCERSE DE QUE PODEMOS. Si querer es poder, creer que se puede es indispensable para poder querer. El profeta Amós como todos los profetas de todos los tiempos son modelos y estímulo para cada uno de los cristianos que podemos ser profetas, mensajeros de Jesús.

La Visita del Papa a Bolivia ha fortalecido la fe de nuestro pueblo. La fe profunda nos impele a ser cristianos valientes en el anuncio de Cristo. La meta de los evangelizadores es la familia. Desde la familia hicieron las predicaciones los apóstoles. Desde las familias salieron a predicar la conversión, a curar enfermos, a echar los demonios. El papa Pablo VI, decía sobre la evangelización en el número 71, de la” Evangellii Nuntiandi”: La Familia, al igual que la Iglesia, debe ser un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde se irradia. Dentro de una familia consciente de esta misión, todos evangelizan y son evangelizadores. Una familia así se hace evangelizadora de otras muchas familias y del ambiente en que ella vive”. A esto están ayudando varios movimientos católicos que dedica su trabajo de voluntarios para defender a la familia, “patrimonio de la Humanidad”, como la calificara el papa san Juan Pablo II, en Rio de janeiro.

Sucre, 12 de julio de 2015

Jesús Pérez Rodríguez, O.F.M.
Arzobispo emérito de SUCRE