“Somos la única institución que cada año se somete a este referéndum, no como los partidos o los sindicatos”
Más declaraciones, menos dinero. La crisis también ha comenzado a hacer mella en las cuentas de la Iglesia, según los datos de la última declaración de la Renta que esta mañana presentó en la CEE el portavoz episcopal, Juan Antonio Martínez Camino. En términos generales, hubo casi 200.000 declaraciones más que el año pasado (los obispos calculan que , sumando las declaraciones conjuntas, fueron más de 9,2 millones los contribuyentes que marcaron la X de la Iglesia), hasta alcanzar el 35,71% del total, mientras que la cantidad a ingresar llegó a los 248,3 millones de euros, 1,162 millones menos que en el ejercicio anterior, “a causa de la crisis”, según explicó Camino.
“Los resultados de este ejercicio son positivos, y permitirán mantener el sostenimiento de las actividades básicas de la Iglesia en niveles de eficacia y sostenibilidad”, añadió el portavoz. El impacto de la crisis se ha notado a nivel general, y si la disminución no ha sido aún mayor, “ha sido por el incremento de las declaraciones a favor de la Iglesia”. El portavoz añadió que “la Iglesia no recibe nada de los Presupuestos Generales del Estado, sólo de las aportaciones voluntarias de los fieles”, algo que no termina de casar con la verdad, puesto que cada fin de año, en los Presupuestos, se habilita una partida mensual a cuenta -que en este ejercicio es de 13 millones de euros- para la financiación eclesiástica.
Preguntado sobre este particular, el gerente del Episcopado, Fernando Giménez, matizó que “no hay una partida presupuestaria a cuenta. El dinero que los contribuyentes dan en 2010, la Iglesia lo recibe en 2012”. Sí reconoció las cantidades a cuenta, que este año han sido 159 millones, “y lo que deberíamos recibir desde el principio son 248. En ningún momento, dada la situación económica, hemos solicitado que se haga esto”.
Camino, por su parte, resaltó que el sistema de la “X” “se ajusta a cualquier situación económica, y ahora se adapta a los tiempos de crisis. Este año recibimos 1,62 millones de euros menos”. Pese a ello, volvió a reiterar que “la Iglesia católica no tiene ninguna partida en los Presupuestos Generales del Estado. Otras instituciones sí la tienen: sindicatos, partidos… Si ningún contribuyente quisiera marcar la “X”, la Iglesia no recibiría nada. Es la única institución que todos los años somete a la voluntad de los contribuyentes el dinero que recibe”. Como ejemplo, planteó que si en el pasado ejercicio se hubiera mantenido el número de españoles que marcaron la casilla, en lugar de aumentar, “podríamos haber recibido entre 5 y 8 millones de euros menos. Tal vez porque saben que en época de crisis la acción de la Iglesia es absolutamente necesaria”.
“La decisión de los contribuyentes seguirá siendo fundamental”, incidió el secretario general del Episcopado, quien no se mostró en contra de que los fieles marquen también la casilla de los Fines Sociales, u otras que hipotéticamente se añadan, mientras “no se contraponga a la de la Iglesia”.
Preguntado sobre si la Iglesia podría aceptar la renuncia al IBI u otras exenciones, Fernando Giménez aclaró que “el régimen fiscal de la Iglesia no deriva de los Acuerdos Iglesia-Estado, sino de la Ley de Mecenazgo. En materia de IBI, tenemos el mismo tipo fiscal que cualquier fundación. No hay un régimen de privilegio en ningún caso”. En una frase afortunada, declaró que “la Iglesia es la única institución que cada año se somete a este referéndum”.
Una apreciación que utilizó Camino para defender la benévola visión que la sociedad tiene del papel de la Iglesia católica. “Esto no es una encuesta, esto son datos: en los últimos cinco años, más de un millón de contribuyentes más han puesto la “X” en la declaración de la Renta. Es un dato más sólido y contrastable que una encuesta. Es un indicador muy potente de que la gente sabe realmente lo que es la Iglesia, y quiere contribuir a su labor, incluso aunque no sean católicos”.
En otro orden de cosas, Camino no quiso comentar la retirada de la edición argentina de un libro del teólogo Marciano Vidal por orden del Vaticano, limitándose a responder “¿qué le parece a usted que nos van a parecer las decisiones de la Santa Sede? No hay ningún comentario más sobre el tema”.
Tampoco lo hizo sobre las propuestas del Gobierno sobre el aborto o el matrimonio gay, aduciendo que “no hacemos valoraciones sobre declaraciones coyunturales, sino sobre proyectos de ley, en cuanto tienen una aplicación moral”. Sí recordó que la postura de la Iglesia en defensa de la vida y del matrimonio “tradicional” “es la misma, la sabe todo el mundo, y no va a cambiar”.
Tampoco valoró Camino la petición de Alfredo Pérez Rubalcaba de denunciar los Acuerdos Iglesia-Estado, indicando que “son declaraciones de la vida dinámica de un partido”. Sí recordó que los Concordatos “no son una anomalía, ni un privilegio. Es el modo habitual en el que la mayoría de Estados del mundo se relaciona con la Iglesia católica”. “Cuando haya que tratar del asunto, de lo que se hablará será de la concreción del derecho de libertad religiosa de los católicos: cómo en la práctica, la Iglesia puede funcionar en España. Está en cuestión de gran trascendencia. Cuando se trate de acciones políticas, sin duda se actuará con la coherencia y con el realismo y la justicia que ha sido general en nuestro país”.
Finalmente, y cuestionado sobre la reforma laboral, el portavoz también señaló que “no hay una opinión de la Conferencia Episcopal”, y se limitó a leer un párrafo de la encíclica de Benedicto XVI “Caritas in Veritate”, en la que el Papa habla de la dignidad del trabajador, de su derecho a organizarse y recordó que el trabajo “no es una mercancía más, el trabajo es de una persona”.