Alemania se ha convertido, en gran medida, en el centro de atención de la actualidad informativa sobre la vida de la Iglesia. Y en uno de los mayores problemas. El Camino Sinodal, que está previsto concluya en febrero de 2022, ha tomado unos derroteros que preocupan no solo al Papa y a los católicos. También a algunos protestantes. Muestra de ello ha sido la carta del pastor luterano Alexander Garth, responsable de la llamada iglesia madre de la Reforma, Santa María de Wittenberg.
Publicada en el ‘National Catholic Register’, Garth expresa su temor a que el camino sinodal desdibuje la identidad católica, lo que «sería una gran pérdida para la cristiandad». Sería «una desgracia enorme» para un mundo necesitado del perfil «de la espiritualidad católica, con la fidelidad al Papa, la devoción mariana y el ejemplo de los santos de la Iglesia». Con una lógica aplastante, este pastor luterano pide a quienes consideran que la «reforma» de la Iglesia católica pasa por el sacerdocio femenino, los pastores casados, una constitución sinodal democrática, etc., que se pasen a una denominación protestante que ya reconozca «todo aquello por lo que están peleando».