Internacional

Iglesia exige aclarar la muerte por “intoxicación” de 35 reclusos en Venezuela

Pide se investiguen a fondo los hechos, y se les permita “promover una pastoral de prevención y acogida que favorezca la integración familiar, la convivencia pacífica y el pleno desarrollo integral” de los presos

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) mediante un comunicado difundido este viernes 28 de noviembre por la Comisión de Justicia y Paz que preside el Arzobispo de Coro, Monseñor Roberto Luckert León, pidió al Estado se investiguen las muertes de 35 reclusos en la cárcel de Uribana, quienes fallecieron por presunta intoxicación.

Con su mensaje, la Iglesia venezolana se suma al dolor de los familiares de los reclusos que perdieron la vida durante un hecho del cual existen varias versiones.

Una de estas conjeturas relata la ingesta de medicamentos vencidos. La versión fue difundida por funcionarios del Ministerio de Servicios Penitenciarios, indicando que la noche del miércoles 26, algunos presos que realizaban huelga de hambre, “ingresaron violentamente al área de enfermería; asaltaron la farmacia y los talleres, procediendo a ingerir múltiples fármacos”, como antibióticos, antiepilépticos y antihipertensivos.

La otra versión habla de una presunta “fiesta de bienvenida” organizada por otros privados de libertad en la cárcel de Uribana, para darles el “recibimiento” a las hoy víctimas. “Las bebidas estaban inyectadas”, trascendió a los familiares.

La Iglesia no se hace eco de tales versiones debido a lo confuso de la situación, pero a través de Monseñor Roberto Lückert, sí manifiesta el dolor por “la muerte de estos hermanos y la de tantos otros que dentro y fuera de los penales son víctimas de la espiral de la violencia”. Además, el Prelado expresó su preocupación por la situación que se vive en los recintos penitenciarios del país: “lejos de ser centros formativos de reinserción social, son más bien un medio de hacinamiento, violencia, castigo y represión que deteriora aún más a la persona privada de libertad”.

Exigió al Estado y al Poder Judicial iniciar una investigación completa que permita aclarar las circunstancias que rodearon las muertes e intoxicaciones de la población recluida. Igualmente pidió a las autoridades que se aplique la justicia y se dediquen a solucionar la grave crisis penitenciaria existente en el país.

Es de resaltar que la cárcel de Uribana fue construida para albergar a 850 personas, pero actualmente tiene una población de 3.700 reclusos. Frecuentemente, el traslado de cautivos geera motines, reyertas y enfrentamientos entre bandas lideradas por presos que son conocidos como “pranes”, una especie de mandamás por encima de las leyes.

A continuación, el texto dado a conocer por la Comisión de Justicia y Paz de la CEV en referencia al caso de la cárcel de Uribana:

“La misericordia es la que cambia el corazón y la vida, la que puede regenerar a una persona y permitir que se reintegre de forma nueva en la sociedad”. Papa Francisco.

“La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), se pronuncia ante los sucesos ocurridos en el centro penitenciario conocido como David Viloria, ubicado en el sector Uribana del Estado Lara, el miércoles 26 de Noviembre del 2014 en el que perdieron la vida por ahora treinta y tres (33) privados de libertad y donde hay más de 145 afectados, manifestamos una vez más nuestros sentimientos, preocupaciones y exigencia.

Sentimientos:

Nos duele: La muerte de estos hermanos y la de tantos otros que dentro y fuera de los penales son víctimas de la espiral de violencia. Nos unimos al dolor de las familias de los que han muerto, las acompañamos con nuestra oración a Dios Padre compasivo que quiere que todos sus Hijos tengan Vida y Vida en abundancia.

Nos Preocupa:Que los recintos penitenciarios, lejos de ser centros formativos de reinserción social, son más bien un medio de hacinamiento, violencia, castigo y represión que deteriora aún más a la persona privada de libertad