“Si trabajamos para percibir la presencia del resucitado en medio de nosotros; también hay que estar atentos y ser conscientes de las ausencias de Jesús”, ha afirmado Mons. Ricardo Centellas, Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, a tiempo de denunciar la falta de respeto a la vida de los inocentes, la espiral de violencia, la tendencia a poner a las personas al servicio de la ideología, la economía o el poder, y la intolerancia social como expresiones de nuestra realidad donde no está presente Jesús Resucitado. Su mensaje fue parte de la Eucaristía que los Obispos celebraron este domingo como parte de su CIII Asamblea Plenaria.
“Si trabajamos para percibir la presencia del resucitado en medio de nosotros; también hay que estar atentos y ser conscientes de las ausencias de Jesús:
Está ausente en tantos signos de muerte que dañan la dignidad humana, no hay un mínimo de respeto a la persona como tal, menos al indefenso e inocente. Una espiral de violencia intrafamiliar, de indiferencia, de falta de diálogo en la familia, que debilita la identidad de la familia. Una intolerancia social que expresa mediocridad e irracionalidad humana, alterando la convivencia pacífica y responsable.
La tendencia a poner al hombre al servicio de la ideología, la economía y el poder, encierra a la persona en sus ambiciones personales y grupales y le ciega e incapacita para ver las necesidades de los otros. Todo está centrado en servirse de los demás y de las ocasiones que le brinda la función pública y privada, para entrar en una hegemonía totalitaria, en la que no sirve de nada o es imposible cuestionar, criticar, disentir. Esta es una cultura de muerte, que silenciosamente anula los derechos humanos, especialmente de los más pobres.
Reconocer a Jesús resucitado que nos comunica vida es no quedarse adormecido por estas corrientes tan frecuentes en la vida social. Es hora de despertar para detener la hegemonía y apostar por una sociedad plural, justa y solidaria, donde haya espacio para el encuentro respetuoso, libre y soberano.
Cristo Resucitado que camina con nosotros nos ayude a descubrirle vivo cuando parte el pan con nosotros en cada Eucaristía”.