Cristina Tavares Pinto es una misionera de Brasil, Benedictina de la Divina Providencia en Santa Cruz trabaja con madres adolescentes en condiciones de riesgo.
“Dios me llamó a vivir mi vida dedicada a él, a través de mis hermanas ayudamos, acogemos y asistimos a los más pobres y desvalidos, como niños y jóvenes; la vida consagrada es una vida alegre, esta es mi misión, ser instrumento de paz y amor, y a ustedes jóvenes respondan porque Dios llama a vivir una vida plena, una vida en Jesucristo”.
Para la religiosa uno de los desafíos en la misión fue el idioma, asegura que sin preparación vino a tierra de misión, pero encontró gente muy buena y acogedora que le enseñaron el idioma español, especialmente los niño y jovenes, asi se fue identificando con la misión en Bolivia.
“Fue creciendo este amor por la misión y conociendo un Dios más profundo en las personas especialmente en los niños y jóvenes que son capaces de dar razón de su fe y defenderla”

Las hermanas Benedictinas de la Divina Providencia en arquidiócesis de Santa Cruz prestan su servicio en el hogar San Lorenzo y en el Centro de Formacion Madre María (Formación para Adolescentes en condiciones de riesgo).
El compromiso apostólico específico de la Congregación es ACOGER, ASISTIR y EDUCAR la niñez y la juventud, especialmente pobre o marginada, o puesta en condiciones peligrosas, según las exigencias y las circunstancias de los tiempos y de los lugares, no excluyendo la apertura a otras actividades sociales o pastorales (Constituciones, art. 5).
La misionera reflexiono que su Vocación Religiosa es un misterio de amor “entre un Dios que llama y nosotras que respondemos a esa llamada por amor y libremente”.



Fuente: Radio Betania