El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, presidió la misa de inicio de la 103° Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino.
En su homilía, el prelado señaló que la Asamblea es un “encuentro de pastores llamados a iluminar y a servir desde la Palabra de Dios el camino de la Iglesia en la Argentina. Necesitamos abrirnos con docilidad al Espíritu de Dios para ser discípulos del Señor en nuestro servicio”.
“En el marco del Año de la Fe, al que el Santo Padre nos convoca, nuestra Asamblea Plenaria adquiere un significado particular. Los obispos somos, ante todo, hombres de fe; somos creyentes llamados a servir la fe de nuestros hermanos. Es tiempo de gracia y purificación, tiempo de oración y fortalecimiento en la misión que se nos ha confiado”, manifestó el presidente de la CEA y recordó que “poner a alguien en contacto con Jesucristo es el primer acto de amor que humaniza y da sentido a su vida”.
El pastor santafesino aseguró: “La fe no es sólo algo interior, sino que implica un modo de vivir, debe hacerse cultura. Frente a las dificultades que nos puede presentar un mundo alejado de Dios, no cabe la nostalgia del pasado sino el testimonio de una esperanza que se apoya en la certeza de nuestra fe en Jesucristo, que es el mismo: `ayer, hoy lo será siempre´”.
“La fe no se impone, se ofrece como un don que busca la libertad del hombre. Su fuerza no es el proselitismo sino la atracción de la presencia y la belleza de su mensaje, que es la Persona misma de Jesucristo”, dijo monseñor Arancedo.
“Elevar nuestra palabra –resaltó- en temas que hacen a la dignidad del hombre en la defensa de la vida en todo su desarrollo, como el valor de la familia fundada sobre el matrimonio junto a los derechos del niño, es un deber que nos compromete como hombres de fe en el ejercicio de nuestra responsabilidad pastoral”.
El arzobispo marcó la importancia de ahondar el contenido de la fe por el camino de la formación y agregó que “la primacía y la centralidad de su Palabra, como acontecimiento siempre nuevo que da vida y solidez a la fe, es nuestro primer servicio al hombre y la cultura”.
El titular de la Conferencia Episcopal Argentina recordó la próxima celebración del III° Congreso Catequístico Nacional en Morón que “es una gracia que nos habla de la importancia de un sólido Itinerario Catequístico Permanente, que permita descubrir la vocación cristiana desde la vivencia de la fe en la inserción de la vida en cada comunidad eucarística dominical”.
“Las metas que nos propusimos en el camino hacia un: `Bicentenario en justicia y solidaridad´, mantiene toda su actualidad”, recordó.
Monseñor Arancedo manifestó la necesidad de las vocaciones consagradas y sacerdotales, y señaló que “a este tema lo hemos propuesto como un ámbito pastoral prioritario. En cuanto don reclama nuestra oración, pero como respuesta necesita crear las condiciones que permitan que el llamado sea reconocido, valorado y escuchado. Se abre aquí todo un camino creativo y estable de trabajo vocacional a nivel de toda la vida de la Iglesia”.
“Queridos hermanos, iniciamos con gozo una nueva Asamblea Plenaria. Venimos con nuestras preocupaciones pastorales, traemos las inquietudes de nuestras comunidades y agentes de pastoral, sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos; conocemos la realidad con las urgencias, necesidades y esperanzas de nuestra gente. Pidamos al Señor la asistencia de su Espíritu, para que sea él quien oriente nuestras reflexiones y decisiones”, concluyó el presidente de la CEA. +