Evangelizar es la principal pasión del párroco de Turi, Glauco Torre
Cuando el sacerdote Glauco Torres visita Shiña, una vez al año, lo hace para confesar a sus fieles en quichua, un idioma que la mayoría de adultos de esta comunidad utiliza para comunicarse y que desde hace más de 20 años se convirtió en la pasión de Torres.
Fecha de Publicación: 2012-04-18 00:00
A través del quichua él encontró otra forma de hacer servicio social. En la provincia del Azuay hay comunidades que se comunican en ese idioma, la mayoría son personas de la tercera edad que, aunque hablan español, prefieren comunicarse en su lengua materna. Torres es el único sacerdote que se comunica con ellos en quichua, los evangeliza, los confiesa.
Inicios
Se inclinó por este idioma cuando buscaba aprender una lengua extranjera y entre las opciones del pensum de una universidad que prefiere no mencionar, encontró al quichua. La descripción y los rasgos comunitarios de este lenguaje llamaron su atención y se decidió a estudiar quichua; de eso son cerca de 30 años y aún sigue en el estudio de este idioma.
Algunos allegados a él lo describen como una persona muy inteligente y al mismo tiempo muy modesta, dedicado a trabajar por la cultura quichua y el rescate de esta lengua para el bienestar de las comunidades; uno de ellos, es Bolívar Jiménez, párroco de Baños y quien conoce a Torres desde hace 20 años.
Para Jiménez, lo más destacable de Torres es que sigue siendo la misma persona solidaria que se centra en buscar soluciones para las necesidades de la gente de su pueblo que conoció al inicio de su labor pastoral.
En esto coincide Silvio Sánchez, director de la escuela Abdón Calderón, de la parroquia Turi, sitio donde Torres es párroco desde hace nueve años.
Sánchez recuerda que se conocieron hace unos 20 años en Ricaurte. Los dos dedicados a educar a los demás y por esta labor surgió una relación de amistad y respeto, dice Sánchez, quien recuerda que por el trabajo con Torres, durante el censo del 2010, tuvo que escuchar siete misas en el mismo día. “Celebró siete misas en siete comunidades de Turi para continuar con el censo”, menciona Sánchez quien recuerda que el mejor sermón que ha escuchado de Torres es que no deje su servicio a la comunidad.
Y es que evangelizar es la principal pasión de Torres. Desde niño supo que quería ser sacerdote. “Cuando estaba en la escuela yo ya soñaba con ayudar a la gente a través del evangelio”, comenta Torres, quien, a sus 65 años es una persona amable pero discreta, habla poco de sus logros y recuerdos, aunque dice sentirse agradecido por el reconocimiento que le entregó la Municipalidad de Cuenca el pasado 12 de abril con la insignia Guadalupe Larriva, por su trabajo en el rescate del quichua en las comunidades andinas.
Recuerda que su primer trabajo fue publicado en 1982, el diccionario Quichua-Español, el que tardó cerca de seis años elaborar. Desde entonces viajó por Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina investigando sobre la cultura y el léxico quichua.
“He logrado rescatar el léxico de las diferentes áreas donde se habla quichua, sectores como Shiña, Tarqui, Gima, Nabón, en Azuay, y busco un método común para emplear en los más de 50 dialectos que tiene el quichua, porque hay mucha gente en esta comunidad que habla quichua, la mayoría son adultos, quedan pocos jóvenes que se inclinan por este idioma”, dice Torres.
Para él, lo más importa es que la gente no pierda la fuerza en el compromiso para servir a los demás, espera también, que la gente aprenda a no mostrarse con doble discurso. (RME)
Una persona querida por los niños
Glauco Torres es actualmente párroco de Turi. Allá llegó luego de haber compartido con la gente de Ricaurte, Gima, Shiña, Tarqui.
En Turi organiza reuniones con síndicos y moradores una vez por mes para planificar las actividades religiosas y comunitarias de la parroquia. Estas actividades incluyen trabajo con niños, adolescentes y adultos.
“Lo fundamental del trabajo del padre Glauco, en Turi, es la interacción que tiene con niños y adolescentes”, dice Denise Chillogallo, quien a sus 12 años tiene muchos recuerdos compartidos con Torres.
Lo conozco desde que me acuerdo, comenta Chillogallo, quien recuerda que las primeras lecciones de catequesis, consejos de vida y las formas adecuadas de comportarse en casa las aprendió de Torres. Torres se formó en la comunidad de los Oblatos, fue rector del colegio Matovelle y actualmente es investigador de quichua en el Ecuador.