Análisis

CUIDAR NUESTRA CASA

Todos tenemos un grado de responsabilidad en el cuidado de nuestro ambiente y sus recursos.

Cómo está nuestro medio ambiente en Bolivia? Datos ofrecidos por organizaciones que estudian el tema ofrecen resultados que dan cuenta de la crítica situación ambiental en el país. Hoy, nuevamente, la Iglesia hace referencia al tema, advirtiendo que la explotación de hidrocarburos, el uso de pesticidas y fertilizantes, chaqueos, deforestación son, entre otras acciones, identificadas como las principales causas que dañan la ecología del territorio nacional.

La Iglesia Católica en Bolivia presentó semanas atrás una carta pastoral dedicada al cuidado del medio ambiente y el desarrollo humano. Esta reflexión completa una trilogía dedicada a este tema en los últimos diez años, junto con las cartas sobre la Tierra (2000) y el Agua (2002).

La carta pastoral pondera el valor y relación que las culturas aymara, quechua, guaraní y otras sostienen con el medio ambiente; valores milenarios que no deben perderse en nuestro tiempo. También profundiza otras situaciones, como la preocupación sobre el exceso de plantaciones de coca en zonas y parques protegidos. Cultivos que por cierto se destinan a la producción de cocaína.

Esta apreciación ya mereció la respuesta de la Federación de Productores de Coca y algunas autoridades, señalando que la Iglesia no tiene moral para verter dichas declaraciones. Falso, sobradamente se puede evidenciar la labor de promoción humana que la Iglesia realiza a favor de las personas, labor que es parte de su ser y misión. A la Iglesia le toca decir lo que le corresponde en la sociedad porque forma parte de ella.

La carta advierte sobre el comportamiento actual de la sociedad como un modelo de consumo desmedido, donde la acumulación, explotación y el fácil “deshacerse” de las cosas provoca un desequilibrio en la naturaleza y serias amenazas a la biodiversidad. El cambio climático está alterando el ciclo natural de las cosechas y la producción alimentaria en el planeta; mientras los alimentos transgénicos invaden los mercados con una producción monopolizada. Estas situaciones, advierten los obispos, conllevan problemas sociales que repercuten especialmente en la gente más pobre y en poblaciones rurales.

Todos tenemos un nivel de responsabilidad en el cuidado de nuestro ambiente y sus recursos, y que pasa por el ámbito personal, familiar, educativo, social y político. El universo, don de Dios para la Vida es la carta pastoral que se pone en consideración de la población y los actores sociales y políticos donde abiertamente se exhorta  a “ser más” y no “tener más”. Allí se define el “vivir bien” como la relación armónica y respetuosa con las personas y la naturaleza, dando un uso correcto a los bienes de la tierra, pensando en el presente y el futuro para beneficio de los que vienen detrás.