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Celebración de la Vida Consagrada en el Vicariato Ñuflo de Chávez

Cristo es el centro de nuestra Vida y con gran razón, en este año dedicado a la Vida Consagrada, en el Vicariato Ñuflo de Chavez se ha querido recordar y renovar con diferentes signos, en el encuentro realizado, de manera anticipada, el 31 de enero en San Ramón. Este encuentro se hizo con el pastor de la jurisdicción, Monseñor Antonio Bonifacio, al calor de las “candelas”, alusivas a la memoria de la llegada de la verdadera LUZ, Jesús Niño Presentado y Consagrado a Dios por sus padres.

Se inició con la invocación al Espíritu Santo con un canto y luego de manera creativa, el equipo organizador Hnas. Victoria y Silvia, guiaron la lectura bíblica, hasta desembocar en un ramillete de oraciones personales presentadas a los pies de una imagen de la Virgen María.

Enseguida se tuvo la oportunidad de escuchar una viva reflexión y apreciación de la realidad de la Vida Consagrada en nuestros tiempos, expuesta por la Hna. Ofelia Ríos, MESST. A continuación algunos de sus aportes:

“La pregunta es: ¿Cómo REVITALIZAR LA VIDA CONSAGRADA hoy?
Nos encontramos ante muchos desafíos en el mundo de hoy, y estos son algunos de ellos: la debilidad como situación común; la generalización del fenómeno migratorio, un mundo profundamente comunicado y distanciado, cambios acelerados en los últimos años y todo esto desemboca en el encuentro con personas que viven en el anonimato y con una ruptura en la propia identidad.

Uno de los caminos para enfrentar estos desafíos, es que la Vida Consagrada necesita más que nunca un liderazgo como el de Jesús. Este liderazgo se fundamenta en: capacidad de diálogo (con Dios y con los hermanos y hermanas); apertura para que otros puedan ser líderes también; creer en lo que se ofrece; hacerse cargo de los estados de ánimo de los hermanos y hermanas; aceptar con paz la incertidumbre; capaz de vivir en esperanza; persona con ética y honestidad; capaz de armonizar los principios firmes con la ternura”.

Terminada la reflexión hubo un intercambio de experiencias por parte de los participantes, que ha despertado las ganas de vivir un liderazgo en la VC como el de Jesús y una vida comunitaria que responde a los desafíos del mundo presente.

Posteriormente se congregaron al templo para darle gracias al Señor. La celebración eucarística comenzó con la bendición de las velas, y la solemne procesión con las velas encendidas al altar.
En la homilía Monseñor invitó a no olvidar que el Espíritu Santo es el protagonista de la vida consagrada; Él condujo a Simeón y Ana al templo, para que se encontraran con el Señor y hablaran acerca de Él a todos, comenzando por María y Jose. Así también ahora es ese mismo Espíritu se comunica continuamente con nosotros. Pero hay una condición para poder captar su mensaje, y este mensaje es el mismo Jesús en persona: llevar una vida pobre, humilde – obediente, y pura. En sí estas virtudes ya son un don de Dios, que facilitan el encuentro con Cristo hoy…. El Espíritu nos empuja a ser “una vida consagrada en salida”, y llevar a Jesús a las periferias existenciales.

Concluida la homilía se prendieron nuevamente las candelas bendecidas al inicio de la celebración, y se renovaron los votos de pobreza, obediencia y castidad, para ser signos visibles y creíbles de la presencia iluminadora del Señor hoy en el mundo.

Conluida bendición final, el Mons. Antonio Bonifacio, agradeció a todos los participantes en este encuentro, diciendo que cada una de las congregaciones que trabajan en el Vicariato, representan un don precioso del Señor para la vida y santidad de esta Iglesia local y de la Iglesia universal.

Luego la Hna. Victoria recordó que llevamos tesoros en vasijas de barro, para cuidarlos, y entregó unos pequeños jarritos aiquileños, llenos de ricos dulces, adornados con pensamientos bíblicos.

Gracias Señor, por tantas vidas entregadas, tantos hermanos y hermanas que nos han ayudado a tomar conciencia de tu perenne Amor por nosotros. ¡Qué hermosos son sobre los montes, los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sion: «YA REINA TU DIOS!»