La Paz

Todos los bautizados somos Iglesia

Una niña con la mirada dirigida hacia el Santísimo y los brazos elevados como signo de alabanza y adoración, repite con fervor la oración que Jesús nos enseñó, destaca entre todos porque su diminuta voz se impone incluso ante la de los adultos. Esa fue la expresión más pura de fe y amor que se observó en la víspera, durante la celebración eucarística del Encuentro Parroquial sinodal desarrollado en el templo Santo Domingo de la Vicaría Central.


Todos los bautizados somos iglesia, no es responsabilidad única de los párrocos, por tanto, tenemos que preguntarnos qué es lo que cada uno está haciendo como iglesia para que esta se pueda fortalecer. Es un tiempo de gracia sinodal en el que todos tenemos que comprometernos a trabajar juntos, exhortó Mons. Luis Durán, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de nuestra Señora de La Paz, durante su visita a la comunidad parroquial de Santo Domingo.

El mencionado encuentro se desarrolló los días 23 y 24 de febrero en ambientes de la parroquia y contó con la participación singular de niños y jóvenes, “signos de esperanza”, en palabras del obispo. Asimismo, las comunidades parroquiales escucharon con gran interés la explicación sobre el proceso sinodal, mostrando predisposición y compromiso como iglesia.

Diálogo y escucha fraterna son los dos aspectos que destacan durante esta primera etapa del Sínodo diocesano de la Arquidiócesis de La Paz y permite a los obispos que presiden los encuentros acercarse a los laicos y conocer las necesidades más apremiantes, sueños y expectativas de cada miembro que conforma la comunidad parroquial.
Queremos una iglesia más orante, de puertas abiertas, activa, segura, que contemple espacios de evangelización que respondan a las nuevas tecnologías, en la que todos podamos vernos y tratarnos como una familia que se apoya y se une para realizar acciones solidarias a favor de los más necesitados y en la que se nos cuenten más historias sobre la vida de Jesús.

Sueños y anhelos de parroquia

Una iglesia fortalecida con la participación activa de más personas y la formación de catequistas jóvenes; en la que se generen espacios de debate sobre temas como el cuidado del medio ambiente, la violencia, el alcohol, los jóvenes. Una iglesia en misión y preparada para asumir los desafíos que la realidad actual nos presenta. Fue el pedido que aunado resonó en el salón parroquial a través de las voces de niños, jóvenes y adultos que compartieron con el obispo sus sueños y anhelos de Iglesia.

Mons. Durán concluyó el encuentro pidiendo a las comunidades vivas de la iglesia que las ideas presentadas en el diálogo no se queden ahí, sino que se vean plasmadas en propuestas que puedan ponerse en práctica, ya nomás porque eso afirmó el obispo, significa vivir el sínodo.