“Esto es lo que recuerda la Iglesia, esta es su misión: exhortarlos a perseverar en la fe, exhortarlos a no asustarse por tantos problemas, tribulaciones y sufrimientos, No. Hay que seguir con la cabeza levantada, hay que seguir demostrando que no somos unos cobardes que nos ocultamos cuando hay problemas, No. Hay que seguir mostrando la cara como nos dice el Santo Padre Francisco”, de esta manera se refirió el Cardenal Julio Terrazas durante su homilía dominical.
“Es la hora de terminar con las caretas de falsedad y doble lenguaje, hay que salir con claridad, ayudar a los hermanos a que crean, a decirles que el sufrimiento es parte de nuestra vida pero no es todo y no todo termina en el sufrimiento, que es necesario luchar para entrar en el reino de Dios” dijo.
“Tanto odio, tanto discurso vengativo, tantas palabras soeces, tantos insultos inútiles, baratos, bajos, insultos que se van escuchado y diciendo. Se oponen a esto que el Señor nos ha dejado, es una negación de esto que el Señor quiere. Él no hizo un discurso sobre el amor para que lo aplaudan, Él reveló en este pequeño mandamiento cómo Dios nuestro Padre nos ama y cómo Él demostró su amor al Padre entregando su vida para que nosotros tengamos vida, para que el Padre nos perdone y nos acoja a todos como hermanos en su propia familia. Esa es la dimensión extraordinaria del mandamiento del Amor”, explicó.
El Cardenal refiriéndose al robo de las joyas de la Virgen de Copacabana señaló “Con estos hechos criminales que suceden cada que roban, que matan y atracan y nadie pone remedio todavía. Algunos han comenzado a decir: Han herido nuestra fe, han herido a nuestra mamacita la Virgen y se han puesto tristes y no van a misa y no saben lo que es la Palabra de Dios y no ayudan al prójimo y no se solidarizan. Estoy casi seguro que ese grupo que sigue gritando en Copacabana contra la Iglesia es un grupo que ni siquiera ha regalado un escapulario a la Virgen”.
Este reino de Dios, que tiene la Iglesia que ir haciendo que se conozca, no está hecho de murallas, no está hecho de Catedrales, no está hecho ni siquiera de imágenes que puedan ser muy queridas y amadas por los fieles y tienen derecho –de hacerlo-, no es eso el fin de todo, el fin de todo es siempre Jesús, el hijo de María es lo que vale más. Ya le pueden robar a la Virgen algunas joyas pero a nosotros nos toca no permitir que nadie le robe a su hijo Jesús para utilizarlo en cualquier proyecto que muchas veces va contra la persona humana, explicó.
No es tildando a algunos de cómplices, no es vociferando contra los Obispos que las cosas se arreglan, es entrando en esta exigencia de amor verdadero que lleva a transformar y no solo a cambiar de posición o de lugar a los ladrones que un día aparecen y otro día están en otro lado, puntualizó.