Feliz en brazos de mi comadre nacida en Quillacollo recorrí la feria, hasta que escuché el rumor de que el presidente Evo ya había llegado a la Feria de Alasitas y que fue posesionado por tercera vez hace pocos días.
Valiéndose de influyentes personajes que entran y salen del Palacio de Gobierno como “Pepe por su casa”, mi inquieta y sagaz reportera me informó acerca de algunos cambios en la composición del nuevo gabinete ministerial que colaborará al conocido presidente del Estado señor Evo Morales Ayma.
Con la facilidad de palabra que tiene la reportera que nutre de motivos a esta columna periodística, la cholita Macacha me comentó sobre la tercera posesión de mando del presidente Vitalicio Evo Morales, luego de los festejos espectaculares que tuvieron lugar en Tiahuanacu y en el Palacio Legislativo.
“No olvide, compadrituy que somos un “país de Alasitas si nos comparamos con China, Estados Unidos o Rusia” –dijo la cochalita– al convencerme de que somos un país pequeño gobernado por hombres gigantescos.
Acto seguido, ella me vistió de “ekeko”, me emperifolló y me cargó a sus espaldas cual si fuera su “guagua”, pudiendo en verdad ser su abuelo.
Pero qué le vamos a hacer: siempre fui, soy y seré un ciudadano débil ante las cholas y mi comadre me dijo alguna vez que yo era un “fácil-siki” expresión quechua difícil de traducir para un periódico serio.
La verdad es que la cholita me llevó cargado a sus espaldas apareciendo en la Feria de Alasitas donde ella me depositó junto a decenas de ekekos que me miraban con recelo y envidia al saber que yo era un “ekeko-periodista” y además afortunado cholero que esperaba al presidente Morales quien llegaría a la Feria de Alasitas para ser posesionado por tercera vez como Presidente Vitalicio de un país donde abundamos los petizos.
Expuesto a la intemperie en brazos de una guapa cholita cochabambina que además afirmaba ser periodista, esperé largo tiempo la llegada de ese súper hombre que asumió la presidencia de Bolivia por cuarta vez, constituyéndose en el mandatario que más años pudo gobernar a un pueblo levantisco y siempre rebelde e inconforme.
Mientras esperábamos a Godot, digo a Evo Morales, mi generosa subalterna me invitó api orureño con buñuelos y supimos ambos de las delicias que nos proporcionó un plato paceño para luego regalarme con diversas miniaturas como “billetitos de Alasitas” que llenaron mis bolsillos de “dolarcitos” que hicieron el milagro de convertirme en un millonario sin ocupar ningún Ministerio en los últimos doce años.
Feliz en brazos de mi comadre nacida en Quillacollo recorrí la feria, hasta que escuché el rumor de que el presidente Evo ya había llegado a la Feria de Alasitas y que fue posesionado por tercera vez hace pocos días.
Traté de acercarme al gentío que rodeaba al personaje, pero cuando pude captar que citaba algunas cifras del pasado le dije a mi comadre que esas cifras ya las había escuchado muchas veces, mi pariente espiritual volvió a cargarme en sus espaldas, montamos en mi motocicleta Harley Davidson y retornamos a casita, felices de haber visitado la Feria de Alasitas 2015.