El papa Francisco realizó, ayer, una visita sorpresa a una comunidad de inmigrantes, ubicada a 300 metros de la parroquia de San Miguel Arcángel, a la que visitó por algunas unas horas y con quienes habló en español.
El Pontífice iba camino de visitar una parroquia ubicada en el barrio periférico de Roma de Pietralata, junto al párroco monseñor Aristide Sana, cuando pidió a sus ayudantes que hicieran un desvío para detenerse en el campo de inmigrantes de varias nacionalidades, rom y también latinoamericanos, del cual había oído hablar.
“Salió del vehículo y la gente se sorprendió cuando lo vieron frente a sus viviendas”, dijo el párroco Aristide Sana, que se trasladó a toda prisa al lugar cuando se enteró a último minuto de la parada imprevista del Papa.
Las imágenes televisivas mostraron a Francisco rodeado de personas, en su mayoría de Perú y Ecuador, según dijo Sana. Salieron de sus hogares, hechos de cemento, madera y metal corrugado.
“¿Cuántos de ustedes aquí hablan español?”, preguntó Jorge Bergolgio, en tono de broma y con su típico acento porteño.
“¡Todos! ¡Todos!”, le contestaron, divertidos y sorprendidos los vecinos del lugar.
Sana, cuyos feligreses llevan comida y ropa al poblado, dijo que en la comunidad, compuesta por unas 150 personas, también vive gente procedente de Rusia, Eritrea, Ucrania y Polonia.
“Fue un momento muy bello, muy conmovedor”, dijeron los hombres de la vigilancia del Papa a los periodistas.
Durante la visita fuera de programa, Francisco rezó un Padrenuestro en español junto a los latinoamericanos y los bendijo, informó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi.
Después retomó la agenda
Más tarde, en la visita a la parroquia, el ex arzobispo compartió momentos con los enfermos y los sin techo que reciben asistencia de la comunidad de San Egidio, los niños bautizados en el último año y sus padres. También dialogó con grupos de scout y los niños y adolescentes de catecismo, con quienes intercambió preguntas y respuestas.
Después de confesar a algunos fieles, como hace en cada visita a las parroquias romanas, el Papa celebró misa.
Antes de subir al vehículo que lo trasladó de regreso al Vaticano, el Papa saludó a los fieles en la plaza frente a la iglesia.