Ya es Navidad! Vamos camino a Belém y preparémonos a celebrar la fiesta de la familia.
He aquí unas simples sugerencias, para los que buscan un camino que mejore su hogar.
Busca cada día un momento de diálogo con tu esposo, tu esposa y tus hijos y tus papás. El espacio ideal es la mesa. Nadie puede faltar. Y apaga la televisión.
Inventa un momento de oración siempre entre tu esposo, tu esposa, tus hijos y con tus papás. Entonces escoge un lugar, prepara un altarcito: una imagen, una vela, la Biblia, unas flores. Ahí antes de ir a dormir reúnanse todos unos minutos a orar.
Ocúpate a preparar el pesebre con tus hijos y ponle unas intenciones: la salud de los abuelos, el estudio de los hijos, la reconciliación entre los de la casa, el buen resultado de un negocio, la sinceridad entre todos.
Compromete a tus hijos para que cultiven una virtud cada semana de Adviento: la sinceridad, la solidaridad, la obediencia, la ascesis, la renuncia, la visita a un enfermo, la atención a un pobre… vecino de casa.
Cada día en el desayuno o en la cena comenten algo de la infancia de Jesús o procuren descubrir la riqueza del misterio del Nacimiento del Hijo de Dios.
En la mesa rescaten lo más precioso de mamá o de papá o de cada uno de los hijos.
Así podemos prepararnos a la Navidad! Algo nuevo nace en cada uno de nosotros, porque Dios se hace uno de nosotros.
Mons. Tito Solari
ARZOBISPO DE COCHABAMBA