Mensaje del Monseñor Antonio Bonifacio Reimann Panic.
Hacia el Mes Misionero Extraordinario – Octubre 2019
La Asamblea Pastoral Intermedia, realizada el día 15 de junio de este año nos hizo ver el grado de la conversión pastoral y también el itinerario de la “sinodalidad “de nuestra iglesia local. Esta sinodalidad es el camino recorrido juntos (sacerdotes, vida consagrada, laicos comprometidos) desde la última Asamblea Pastoral, a fines de noviembre del año pasado, hasta el día de hoy. Es, también un compartir las experiencias pastorales en las diferentes Zonas, en comunión con el objetivo que entre todos hemos diseñado para el Vicariato: “Anunciar la alegría del evangelio, promoviendo una iglesia misericordiosa y en salida misionera…”.
Agradecemos al Espíritu del Señor por impulsar la elección de las prioridades en las asambleas pastorales parroquiales. Nos sorprendió positivamente la participación de muchos laicos comprometidos en las parroquias.
Entre las prioridades más trabajadas sobresale la creación de los Consejos Pastorales en varias parroquias. Si bien, desde hace años en algunas parroquias están constituidos, necesitan de una mayor operatividad, que exprese la comunión y participación en la ejecución de las prioridades por parte de todos los grupos parroquiales.
Destacamos el desarrollo de los trabajos en las diferentes Comisiones Pastorales del Vicariato en las tres zonas: Chiquitana, Guaraya Y Tierras Bajas.
Por otro lado hemos visto que tenemos que poner todavía más empeño en los siguientes aspectos:
1. Más interés por acoger en cada parroquia la Palabra de Dios, que debería ser “espíritu y vida” en todas las actividades pastorales; eso significa más apertura al programa propuesto por la Comisión de Animación Bíblica y Catequesis del Vicariato: a través de los talleres de formación y de la Escuela de catequistas San Jerónimo (cf. Área Evangelización 2,7)
2. Es necesario fortalecer en cada parroquia los equipos de solidaridad cristiana, de pastoral de salud, de Cáritas, para promover una “Iglesia misericordiosa” (cf. Área de Pastoral Humana, 1). Una Iglesia iluminada por el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, que defienda la dignidad de la persona y comunique la experiencia de un amor como el de Jesús.
3. Fortalecer el protagonismo de los Laicos comprometidos con la evangelización en los barrios, y en las comunidades, que desarrolle la conciencia de la corresponsabilidad económica de la parroquia (cf. área de Pastoral Humana 2).
4. Acoger las propuestas de formación espiritual y seguimiento por parte de la Pastoral Juvenil (cf. AE 3) y Pastoral Familiar (cf. AC 3) en las parroquias que lo requieran
5. Aprovechar cada vez más la plataforma de las redes sociales. No tener miedo de lanzarse a evangelizar y compartir lo que realizan las parroquias y grupos, impulsados por el ardor misionero, para hacer conocer y amar a Jesucristo (cf. AE 4; Exhortación Ap. Cristo Vive, 86-90).
6. Aunque ciertamente es un tema que se ha trabajado por la comisión de la REPAM en varios encuentros; también, por la Comisión bíblica, en algunas de las Unidades Educativas, y en la Pascua juvenil del Vicariato, sin embargo a nivel parroquial, han estado ausentes las iniciativas por la defensa de la casa común/medio ambiente.
Estimados Hermanos y Hermanas.
El Papa Francisco, nos hace llegar la invitación para celebrar el Mes Misionero Extraordinario (MME) en Octubre 2019, con el lema: “Bautizados y Enviados”.
Falta apenas tres meses de preparación. Celebrar la misión es entender que ella es el mandato primero del Señor a sus discípulos “Vayan por el mundo y anuncien la buena Noticia a todas las naciones” (Mt 28,19).
Celebrar la misión es celebrar la vida misma de la Iglesia, su labor pastoral junto a los misioneros que llevan el mensaje del Señor a diario a sus familias, a los compañeros de trabajo, en el colegio y en tantas actividades que realizan; La Hna. Vilma Cotrim, Directora de las OMP en el Vicariato, en la asamblea intermedia nos decía: “No necesitamos multiplicar eventos y agendas para celebrar el MME, si en verdad entendemos que todos los momentos, encuentros e actividades son tiempos para vivir la misión; aprovechando las fechas y los encuentros ya propuestos en el calendario del Vicariato para acompañar y compartir, animar a celebrar en sus parroquias el MME”
Finalmente, celebrar la misión es asumir con fe y entusiasmo el Plan Pastoral del Vicariato, sus desafíos señalados en la asamblea intermedia, y hacerlo vida a través de las prioridades trazadas en cada parroquia.
Les encomiendo de manera particular a los Vicarios Zonales la animación de esta dimensión misionera en las parroquias pertenecientes a su Zona.
Pero hay dos dimensiones que nos fortalecen profundamente en el camino sinodal de la misión: el poder de la oración:
“Rueguen al dueño de la cosecha que envíe trabajadores…”,
(Lc 10, 1-2),
y la humildad:
“Siervos limitados somos, hacemos lo que podemos hacer…”
( Lc. 17,10).Lo más importante, lo más necesario, lo más urgente siempre depende del actuar de Dios más que de nosotros mismos, si es que de verdad hemos puesto nuestra confianza en Él, con el apóstol podemos, también decir: “Sé en quién he puesto mi confianza”
( 2 Tim.1,12).
Encomendemos esta apertura al Espíritu del Señor, a la Virgen María, mujer llena de gracia, invocada en este mes como Nuestra Señora del Carmen. Dejémonos ayudar por Ella, para vibrar con la misión del Señor en nuestra vida, en la vida de nuestras parroquias y en todo el Vicariato.
Fraternalmente:
+Antonio Bonifacio Reimann, OFM