Este pasado 14 de septiembre, Cochabamba celebró 207° aniversario de la gesta libertaria de 1810. Entre los festejos centrales se tuvo la celebración Eucarística del Te Deum en la Catedral Metropolitana de San Sebastián.
Esta celebración litúrgica fue presidida por Mons. Luis Sáinz, Arzobispo Emérito de Cochabamba, concelebrada por el Vicario General, el Rector del Seminario San Luis, y dos sacerdotes de la diócesis de Bérgamo que están de visita. Participaron Autoridades del Gobierno Nacional, Departamental y de la Ciudad y la gran presencia de fieles que dieron gracia a Dios y pidieron por el departamento.
La homilía fue espacio de reflexión para profundizar sobre la vida, la creación y la solidaridad, aspectos importantes para establecer el buen crecimiento de los pueblos. Mons. Luis profundizó en la necesidad de contar con buenas carreteras para la comunicación y el desarrollo pero pidió que se respete la creación, que se cuide la madre tierra.
Homilía Monseñor Monseñor Luis Sáinz, Arzobispo Emérito de Cochabamba
Celebración Eucarística del Te Deum Efemérides Departamental
Catedral Metropolitana de San Sebastián
Nos encontramos en esta Catedral para dar gracias a Dios, para poner en las manos del Señor el bienestar de nuestro pueblo. El Evangelio pone en relieve que el corazón de Cristo está lleno de humanidad. Se compadece del dolor de una viuda que lleva a enterrar a su hijo. Es un signo claro que Él es el Señor de la vida y vencedor de la muerte. Es signo evidente de que Dios es el gran amigo de la vida del ser humano y de todos los vivientes que Él creó en la naturaleza. Es el creador de la tierra y cuanto existe (Sb. 11,24-26).
Despreciando esta obra de Dios, el hombre de hoy, en vez de emplear la tecnología y la ciencia, que debería ser para mejorar la calidad y el nivel de vida de las personas, lo usa para destruir la vida, creando y manteniendo industria de muerte y de violencia. Violencia del hombre contra el hombre.
Para los cristianos la vida es el primer valor: es el mejor regalo que hemos recibido de Dios, que nos pide mejorar nuestra calidad de vida, mejorar nuestra relación de fraternidad y de solidaridad, de honestidad y de justicia.
Inspirado en el evangelio, he mencionado la Vida como el primer valor. Estoy preocupado por tantas muertes en las carreteras, por imprudencia humana. Nuestros caminos están sembrados de cruces de muerte y no de vida. Preocupado con tantos infanticidios, feminicidios, por tanta violencia, es hora de defender la vida.
Las dos lecturas de hoy nos muestran también otro valor: La solidaridad, que quiere decir ser generoso con los más necesitados y con los enfermos. El profeta Elías se solidariza con la mujer que le aloja y le da de comer, pide a Dios que le devuelva la vida a su hijo. Jesús se compadece de la viuda y resucita a su hijo.
Todos debemos preocuparnos de los que sufren y solidarizarnos con ellos. Aquí veo que algo falla y es la educación. Si no educamos en valores en nuestras familias y no damos buen ejemplo en nuestros hogares. Si las unidades educativas, los medios de comunicación, no educan y no transmiten valores, no vamos a transformar nuestra sociedad y Bolivia no cambiara. Solo con la educación vamos a salir de la pobreza y tener una Bolivia más justa, solidaria y fraterna.
Hasta aquí ha sido la reflexión sobre la Palabra de Dios.
Ahora pongo en consideración de ustedes otro punto delicado y muy sensible; que advierto que no lo hago por política, porque no los soy, soy boliviano, mi partido es Bolivia. No lo hago por ideología, porque no soy ni de derecha ni de izquierda, sino discípulo de Cristo y hombre de Dios.
Me refiero a la falta de caminos, la falta de mejores caminos no contribuye a crear una familia Boliviana, es por esta falta de vinculación que las riquezas que posee Bolivia permanecen sin explotar, creando escases de alimentos en los mercados, porque no se les facilita el transporte.
La vinculación con los departamentos hermanos y otros pueblos, crea solidaridad y fortalece nuestra economía. Ya Simón Bolívar dijo en una de sus cartas “Bolivia será libre solo cuando tenga una economía independiente”, cuando se libere de la dependencia económica.
Si no progresamos con caminos de primera clase y mejoramos la educación, nuestras riquezas permanecerán dormidas y nuestra economía estancada.
El objetivo principal de tener caminos de primera calidad y educación de primera calidad el: la liberación económica.
Los caminos son como dijo un escritor boliviano, “las arterias que dan vida a este gran organismo que es la nación”. Una nación sin caminos es como un cuerpo humano privado del sistema vascular.
Cochabamba no puede vivir otros 100 años a espaldas de su propia realidad, ignorando sus propias posibilidades, dependiendo de los hidrocarburos y de manera que son perecederos y están amenazados de extinción.
No me toca a mí decir cómo, ni por donde hacer caminos. Estos es responsabilidad de los técnicos y de los profesionales entendidos de la materia. Lo que a mí me toca como franciscano, como hijo de San francisco de Asís, que es el Patrono Universal de la Ecología, es que debemos respetar la naturaleza, la Madre Tierra creada por Dios y cuidar el medio ambiente. Lo demás es responsabilidad de los técnicos, de los especialistas en la materia y de las autoridades.
Hoy 14 de septiembre recordamos la gesta libertaria de 1810, en esta fecha memorable quiero también recordar a los pujantes pueblos del Valle Alto, entre ellos a los miles de Cliceños, que al mando de Esteban Arce buscaron la libertad. Recordar a Ucureña, donde se decretó la Reforma Agraria, con la que se terminó en parte el colonialismo de los latifundios y devolvió al hermano campesino la propiedad de la tierra.
Recordar también a Tarata, hoy por hoy estancada, que fue cuna del gran héroe y vencedor del Aroma con sus valerosos cochabambinos: “que ante sus macanas el enemigo tiembla” y con su tatica de lucha: “jank’a laduman, mut’i laduman, se enfrentó al opresor. Sus restos se encuentran aquí en la Catedral de Cochabamba.
Esta fecha nos invita a seguir construyendo y afianzando nuestra identidad.
La celebración Eucarística de este día es un justo homenaje a nuestros antepasados que lucharon contra la opresión foránea.
Respetando la memoria de Francisco del Rivero, Esteban Arce, Manuela Rodríguez y cuantos buscaron valientemente la libertad para Cochabamba y el Alto Perú. Junto a estos cientos de cochabambinos, que con sus talentos nos legaron un ejemplo a seguir, a ellos rendimos hoy nuestro homenaje de gratitud y de admiración.
Entre tantísimos personalidades que Cochabamba ha ofrecido a Bolivia vale la pena recordar y mencionar solo algunos, sin desmerecer a nadie: a Nataniel Aguirre, Adela Zamudio (que lucho por la emancipación de la mujer), Augusto Guzmán que escribió el Colla Mitrado (que es la biografía de Bernardino de Cárdenas primer Obispo boliviano y Obispo de Paraguay), Demetrio Canelas, fundador de los Diarios: La Patria de Oruro y los Tiempos de Cochabamba, Javier del Granado (medalla de oro de la Organización Mundial de Poetas Laureados), Carlos Montenegro, Jesús Lara, Hugo Bohero, Martin Cárdenas considerado el sabio boliviano, Man Césped, Teófilo Vargas (musicólogo) etc.
Todos ellos y cientos de personajes ilustres son para nosotros ejemplo a seguir; construyendo ahora una Cochabamba pujante, progresista en todos los ámbitos de la vida.
Que Dios siga bendiciendo a Cochabamba en este 207 aniversario, con la mediación de la Madre de Cristo bajo la advocación de la Virgen de Urcupiña que es Patrona de la Integración Nacional y de la Virgen de la Merced que acompaño a las heroínas de la Coronilla.
Felicidades Cochabamba.
Gracias.