En el contexto de la liturgia de este domingo que nos ha presentado la imagen del Buen Pastor, Mons. Gonzalo Del Castillo, Obispo emérito castrense, invita a ejercer esta cualidad de “buenos pastores” con nuestros hermanos. No es sólo una responsabilidad de los Obispos, sacerdotes o religiosos, sino de todos nosotros padres y madres de familia, amigos, enfermos… todos estamos llamados a cuidar de nuestros hermanos, ha asegurado.
Queridos hermanos, televidentes y radioyentes.
Es un día de acción de gracias y un día consagrado para pedir vocaciones cristianas a la vida sacerdotal, religiosa y también de matrimonios santos, porque es el Día del Buen Pastor.
Quiero centrarme en las lecturas de hoy. Seguimos viviendo la pascua que va a culminar el día de Pentecostés.
La primera lectura nos presenta la palabra del primer papa, San Pedro. Él mismo tuvo la experiencia del pecado al negar a Jesucristo y con esa experiencia sale a flote y puede dar testimonio del Señor.
Un pastor es una persona llamada desde su bautismo para dar testimonio del amor de Dios y que llama a cada uno de sus hijos, porque nos ama y tiene una misión grande para cada uno.
Un buen pastor anima, alienta, guía… lo hace con la experiencia de la humildad ante Dios.
Cada uno de nosotros podemos aplicarnos este llamado, de ser buenos pastores para nuestros hermanos.
En la segunda lectura se certifica esto mismo. Existe el mal, pero también existe Dios.
Recordamos precisamente que en este mes de mayo en 1988 llegó el Papa Juan Pablo II para dejarnos ese mensaje de “no tengan miedo”. Esta conciencia de reconocer a Dios como nuestro pastor nos da la confianza y la esperanza.
En el Evangelio llama la atención que Jesús conoce a todos por su propio nombre.
La respuesta a ese llamado es que nosotros también conozcamos a Dios.
Jesús afirma que Él es la puerta y la puerta sirve para entrar y para salir. Jesús nos llama para entrar y estar con Él, pero también abre la puerta para enviarnos a la misión.
Dice también que ha venido para dar vida y darla en abundancia.
Todos somos pastores, responsables de nuestros hermanos que están a nuestro lado, particularmente los obispos, sacerdotes, religiosos, pero también los padres de familia, los amigos, los enfermos… todos podemos cuidar de nuestros hermanos.
Que Dios les bendiga y ampare siempre.
Estamos en el mes de mayo consagrado a la Virgen María. Nuestra madre nos mira, dejémonos mirar por ella, pero también mirémosle a ella con ojos puros para dejarnos inspirar su paz y su tranquilidad.
