Dijo Mons. Fernando Bascopé al dirigir sus primeras palabras como Obispo Castrense. En su homilía pidió a los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional no tener miedo de tocar la miseria humana y estar cerca del que sufre.
“No tengamos miedo; pues el Señor nos toma la mano y nos dice, no seas incrédulo mete tus dedos en mis llagas”, dijo Mons. Bascopé a tiempo de reflexionar acerca de las llagas del cuerpo de Cristo y la de los hermanos que sufren, “A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás” citó al Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium “La Alegría del Evangelio”.
El Obispo agradeció a sus hermanos sacerdotes capellanes, hermanas religiosas y a los diáconos por el bien que realizan al Obispado Castrense y citando a San Francisco de Sales dijo, “ustedes que aman a Dios no pueden dejar de pensar en él, respirar por él, aspirar y hablar de él y quisieran si fuese posible grabar sobre el pecho de todos los hombres el santo nombre de Jesús”.
Al finalizar Mons. Bascopé se dirigió al Señor pidiendo ser atraído por su amor y acercarse a las heridas y llagas de sus hermanos para amarlos con el amor de Dios.