Con mucha tristeza el Obispo de la Diócesis de Oruro, monseñor Cristóbal Bialasik, ante el robo de joyas que sufrió el templo de Nuestra Señora de la Asunción La Catedral, manifestó que las personas que roban en los templos del país quieren ofender a la Iglesia Católica.
“Yo pienso que son las personas que buscan enriquecimiento o buscan también ofender a la Iglesia, pienso que en este caso tiene que ser alguien que conocía bastante bien el ambiente y sabía por dónde entrar, son varias las indicaciones que demuestran eso”, sostuvo el Obispo.
Entre los objetos que fueron sustraídos se encuentra el cáliz, un copón, la corona de oro de la Virgen de la Asunta, y otros de plata, donaciones de los devotos de la Virgen.
“No sabemos quién es y veremos qué va a pasar, pero sí es algo triste y eso nos indica que tenemos que poner más vigilancia, más cuidado y por supuesto tenemos que tener cuidado a quién estamos recibiendo, para que no suceda nunca más estos robos”, expresó monseñor.
Dijo que todo está en manos de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (Felcc), cuyos efectivos han revisado y tomado las huellas, además que se cuenta con las imágenes de varias cámaras, en las que se ven a las personas que estuvieron en el lugar de los hechos. “Aparecen las personas, se han tomado todas las medidas necesarias en este caso; no pudimos hacer nada, ni sugerir nada, pero es algo muy triste y desagradable, pero esperaremos la investigación de la Policía”, indicó.
ROBOS
Durante el mes de abril de la gestión pasada, piezas de oro y plata, y piedras preciosas que estaban en cinco templos, incluido el de Copacabana de La Paz, fueron sustraídas por antisociales.
El caso del Santuario de la Virgen de Copacabana fue uno de los más conocidos, sin embargo, en agosto de 2013, ladrones hicieron un túnel e ingresaron al templo colonial en la población de San Miguel de Tomave del departamento de Potosí, se llevaron cinco cuadros al óleo del siglo XVIII, invaluables.
Se trata del quinto robo de arte sacro al que era sometido este templo, desde el año 2007. Según datos de prensa los templos bolivianos han sido saqueados, habiendo perdido 447 objetos en 38 robos desde 2009, además de platería bellamente labrada, lienzos, piezas de altar de oro y plata, y joyas.