Jesús está presente en los conflictos que vive nuestro país en la persona de los maestros, profesionales de la salud, comunicadores en los que padecen por la ausencia de la justicia.
La paz que ofrece y regala Jesús, no es la que evita el problema, sino esa paz que vence el problema, pero por amor.
Jesús resucitado comunica la Paz que proviene de dar la vida.
Partir el pan, en memoria del Señor Resucitado llevó a descubrir la alegría y sencillez del corazón.
Vivimos en un mundo egoísta y mercantil en donde se busca aprovecharse y someter al necesitado o al que piensa distinto.
“No seas incrédulo, sino hombre de fe” Estas palabras deberían resonar siempre en nuestras mentes y corazones.
Homilía de Mons. Aurelio Pesoa, O.F.M.
Obispo del Vicariato Apostólico de Beni
Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana
Segundo Domingo de Pascua
Jn. 20, 19-31
16 de abril de 2023 (A)
“Felices los que creen sin haber visto”
Partir el pan, en memoria del Señor Resucitado llevó a descubrir la alegría y sencillez del corazón.
1.- La primera lectura de este domingo nos narra la vida de los primeros cristianos, la característica principal de la vida era la unidad. El haber vivido la experiencia del Resucitado, hizo nacer en ellos sentimientos solidarios, y reunirse para escuchar la Palabra y hacer la memoria de partir el pan. Al partir el pan, en memoria del Señor Resucitado llevó a descubrir la alegría y sencillez del corazón. Eran queridos por todo el pueblo.
Vivimos en un mundo egoísta y mercantil en donde se busca aprovecharse y someter al necesitado o al que piensa distinto.
Los creyentes de las primeras comunidades cristianas vivían muy unidos en la fe y en las obras, los necesitados eran atendidos. Con el tiempo, nos hemos alejado de la palabra de Dios, nos hemos dejado atrapar y vivimos en un mundo egoísta y mercantil, en donde se busca aprovecharse y someter al necesitado o al que piensa distinto. La indolencia crece cada vez más
El ejemplo de las primeras comunidades cristianas es la comunión de fe y amor: vivir unidos y aceptando las diferencias.
El actuar del creyente debería ser compartir la caridad con los más necesitados. El ejemplo de las primeras comunidades cristianas es la comunión de fe y amor: vivir unidos y aceptando en las diferencias. La Eucaristía es la fuente y cumbre de la vida comunitaria; fue el mandato y el querer del Maestro.
La paz que ofrece y regala Jesús, no es la que evita el problema, sino esa paz que vence el problema, pero por amor.
2.- Los apóstoles fueron los continuadores de la obra de Jesús. Ellos recibieron el mismo Espíritu que condujo a Jesús a liberar de todo mal y del maligno a los que eran sus víctimas.
Ahora bien, aquel día el primero de la semana, lo primero que ofreció Jesús a sus discípulos fue la paz. No una paz cualquiera, sino aquella que nace desde su corazón que ha sido entregado por amor. La paz que ofrece y regala, no es la que evita el problema, sino esa paz que vence el problema, pero por amor.
Jesús resucitado comunica la Paz que proviene de dar la vida.
Jesús Resucitado supera el miedo y el encierro de sus discípulos, Él se pone en medio de ellos. Jesús resucitado comunica la Paz que proviene de dar la vida. Jesús, enviado del Padre, envía a los discípulos. La misión de los discípulos es la misma de Jesús: ser testimonios del amor del Padre.
Con el Resucitado empieza una nueva creación: Jesús da el Espíritu a los discípulos para que tengan su misma vida, les da el poder para perdonar los pecados, ser ministros de la reconciliación y trasmitir Vida del Señor a cuantos la pidan.
“No seas incrédulo, sino hombre de fe” Estas palabras deberían resonar siempre en nuestras mentes y corazones.
Tomas, llamado el mellizo, se resistió a creer en el testimonio de la comunidad de los apóstoles. Ocho días después viene nuevamente el Señor y se dirige a Tomás, “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe” Estás palabras deberían resonar siempre en nuestras mentes y nuestros corazones para hacer en nosotros crecer la fe.
Lo que debería contar en nuestra vida no ver a Jesús como espectador, sino en creer sin haberlo visto, creer sin condiciones.
La promesa que hace Jesús, a los que creen en su Palabra y el testimonio de la Iglesia. Felices los que creen sin haber visto. Los católicos debemos entender que el problema no está en no haber visto a Jesús. Lo que debería contar en nuestra vida no es ver a Jesús como espectador, sino en creer sin haberlo visto, es decir, creer sin condiciones. Nuestra fe debe apoyarse en su Palabra y no en los condicionamientos.
No perdamos la esperanza, ojalá el dialogo llegue pronto, pero sin imposiciones partidarias.
No podemos estar en la vida como espectadores, más aún en el tiempo en donde se viven los conflictos, como los que estamos viviendo en nuestro país. Que pareciera que el sentimiento humano y cristianos poco a poco se va alejando. No perdamos la esperanza, ojalá el dialogo llegue pronto, pero sin imposiciones partidarias. Sin ganadores o perdedores, que gane el bien. Entendamos que Jesucristo sigue siendo la respuesta en estos tiempos de conflictos y dificultades.
Jesús está presente en los conflictos que vive nuestro país en la persona de los maestros, profesionales de la salud, comunicadores en los que padecen por la ausencia de la justicia.
En nuestro deber como Iglesia no podemos quedar en silencio ante los problemas del país, aunque nuestro reclamo no les guste a muchos. Debemos decir que Jesús está presente, en los conflictos que vive nuestro país estos días: en la persona de los maestros, en los profesionales de la salud, en los comunicadores, en los que padecen por la ausencia de la justicia. Está presente y llora en aquellos padres que perdieron a su pequeña hija asesinada de manera despiadada.
La misión no es otra cosa que el anuncio de la salvación de Dios y el perdón de los pecados.
3.- La vida cristiana estaría incompleta si faltara la misión. La misión que no es otra cosa que el anuncio de la salvación de Dios y el perdón de los pecados.
Así lo practicaron desde el comienzo de la iglesia los apóstoles, por mandato de Jesús: “Como el Padre me envió, así también los envío yo…” de ahí que la iglesia desde los primeros tiempos con la asistencia del Espíritu Santo anuncia la Salvación a los hombres.
Luego de ser bautizados con el Espíritu Santo y recibido el don de la paz, los discípulos reciben el encargo de continuar con la misión de Jesús, ellos fueron enviados a sanar, quitar y perdonar los pecados del mundo, ser misericordioso como el Padre Dios.
Es una gran responsabilidad de cada creyente y su comunidad dar testimonio concreto de la Resurrección.
Es pues, una gran responsabilidad de cada creyente y su comunidad dar testimonio concreto de la Resurrección del Señor, por medio de las obras de caridad. Así como el sepulcro vacío condujo a la fe en la Resurrección al discípulo amado, quien “Vio y creyó”, el evangelio está destinado a abrir los ojos y el corazón de los creyentes, para llevar a la fe en el Mesías, el Hijo de Dios, y para que “Creyendo tengan vida en su nombre” Así sea.