Fe: “En el camino de fe y esperanza hacia Dios, el recorrido no está libre de la tentación y desconfianza en Dios”
Sometimiento: “El mundo no busca la roca que salva, sino la roca del poder, dominio y sometimiento del hermano”
Diálogo: “En nuestro país, los conflictos no se resuelven haciendo oídos sordos, podrían resolverse con diálogo sincero y honesto donde triunfe el bien para todos.”
Fracaso: “La vida centrada en lo puramente humano no da felicidad, sino desilusiones y fracaso”
Vida: “Cuando el ser humano se encuentra con Dios recibe el agua de vida que Él le ofrece”
Valores: “Seamos sembradores del bien rescatando valores cristianos como el amor al prójimo, la fortaleza, el honor, la lealtad”
Domingo tercero de Cuaresma
Jn. 17, 5 -42
12 de marzo de 2023 (A)
“Señor Jesús dame de esa Agua viva”
Link para ver la Santa Misa presidida por Mons. Aurelio Pesoa, O.F.M.
Dios es la fuente de vida para todo el mundo.
1.- En este tercer domingo de Cuaresma la liturgia de la Palabra de Dios, nos invitan a reflexionar acerca del agua viva que da vida. En la primera lectura nos encontramos con el relato en el camino que recorre el pueblo de Dios después de la liberación de la esclavitud en Egipto. Es decir, nos animan a fijar nuestra mirada en Dios que es la fuente de la vida para el mundo.
En el camino de fe y esperanza hacia Dios, el recorrido no está libre de la tentación y desconfianza en Dios.
El desierto es un camino de fe y esperanza, y al mismo tiempo de preparación para el encuentro con Dios en el monte Sinaí. El recorrido no está libre de la tentación y la desconfianza en Dios. El pueblo se revela contra Dios, de ahí los dos nombres que recuerdan esa rebelión. Masá, quiere decir lugar de la desobediencia y Meribá el lugar de la duda.
El mundo no busca la roca que salva, sino la roca del poder, dominio y sometimiento del hermano.
El punto central de este pasaje es la pregunta que surge de la duda, de saber si Dios está o no está en medio de su pueblo. Se desconfía de Dios, el pueblo exige a Dios signos. Como el pueblo de Israel el mundo tiene sed de Dios, pero lo busca en donde no está Dios. No está buscando la roca que salva, sino la roca del poder y del deseo de dominio y sometimiento del hermano, esa búsqueda no solo conduce al alejamiento de Dios, sino también del prójimo. Este mundo tan materializado nos está conduciendo al alejamiento de Dios.
Jesús se da a conocer a través del diálogo franco y muy sencillo.
2.- En el Evangelio, Jesús se da a conocer a través del diálogo. Conversa con una mujer de Samaría, judíos y samaritanos eran dos pueblos enemistados. Es Jesús que se acerca a la samaritana y le pide un favor, que le de beber agua, en la necesidad comienza el dialogo franco y muy sencillo.
El agua viva apaga la sed para siempre, es el don de Dios. Obtener ese don requiere un cambio de vida.
Es a partir de esa necesidad de saciar la sed que Jesús conduce a la mujer al deseo de beber el agua viva que apaga la sed para siempre, es el don de Dios. Jesús le da a conocer a la mujer que no es fácil gozar de ese don, obtener ese don requiere un cambio verdadero de vida.
En nuestro país, los conflictos no se resuelven haciendo oídos sordos, podrían resolverse con diálogo sincero y honesto donde triunfe el bien para todos.
En estos días de conflictos con los temas de la educación, de la salud, de la justicia y de violencia, como en Samaría, nuestro país necesita del encuentro verdadero con Jesucristo y los hermanos. Recordemos que las dificultades y conflictos no se resuelven haciendo oídos sordos o conduciendo hasta el cansancio el problema. Muchos de los conflictos actuales podrían llegar a resolverse si de verdad hubiera la firme voluntad del dialogo sincero y honesto, en donde no haya vencedores y vencidos, sino en donde triunfe el bien para todos
Dios no necesita hacer violencia para que le crean, no se impone, sabe esperar. A diferencia de la “marcha pacífica” de días pasados que terminó dañando templos católicos.
3.- La Palabra de hoy nos convida a aceptar a Jesús que se revela como el Salvador, enviado por Dios. En este tiempo de Cuaresma, así como la mujer samaritana, es aceptando a Jesús como debe comenzar la conversión. Dios no necesita hacer violencia para que le crean, no se impone sabe esperar. A diferencia de lo sucedido en días pasados que bajo el pretexto de una marcha pacífica, de reivindicación, se vuelve violenta y termina dañando templos católicos.
La vida centrada en lo puramente humano no da felicidad, sino desilusiones y fracaso.
A la samaritana es el diálogo con Jesús que le trajo la salvación. Ella reconoce que la vida centrada en lo puramente humano no da la felicidad, sino solamente desilusiones y fracaso en su vida.
Cuando el ser humano se encuentra con Dios recibe el agua de vida que Él le ofrece
Fuimos creados para la felicidad plena, por eso nada que sea limitado puede saciar la sed de felicidad. El ser humano será siempre un mendigo de felicidad, porque la busca en lo que es pasajero, y es así que en ese esfuerzo destruye su vida. La felicidad plena y total, está cuando el ser humano se encuentra con Dios y recibe el agua de vida que Él le ofrece
La palabra de Jesús ese día llegó al corazón de aquella mujer que quedó transformada, se fue a la ciudad y comenzó a predicar. “Vengan a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Acaso será este el Mesías?
Seamos sembradores del bien rescatando valores cristianos como el amor al prójimo, la fortaleza, el honor, la lealtad
Dejemos que la palabra de Dios llegue y transforme nuestro corazón, para que seamos sembradores del bien, rescatando los valores cristianos como: el amor al prójimo, la fortaleza, el honor, la lealtad. Así sea.