Hay un deseo de la humanidad por algo que le satisfaga, no importa si arruinan su vida.
Durante el encierro del COVID en ciertos lugares aumentó el consumo de drogas.
Algunos sacian su deseo en el dinero, no son capaces de ayudar, necesitan engañar.
El encuentro entre Jesús y la Samaritana es una historia de una humanidad que tiene sed.
Por la sed del corazón llegamos a ver guerras grandes y pequeñas para satisfacer mis razones.
Las relaciones verdaderas y sinceras sacian el corazón.
Homilía de Mons. Eugenio Coter
Obispo del Vicariato Apostólico de Pando
Presidente de la Comisión de Comunicación CEB
12 de marzo de 2023
Durante el COVID los que atendían bares protestaron porque la gente no podía salir a tomar,
Una de las grandes crisis que generó el COVID fue al mundo de la diversión, al punto que lo vimos hasta en nuestras ciudades, los que atendían boliches, bares, discotecas, llegaron a hacer protestas por que la gente no podía salir, no podía tomar.
En Riberalta cuando la alcaldía autorizó el funcionamiento de bares la gente festejó aun a riesgo de su vida,
Y recuerdo que en la ciudad de Riberalta cuando la alcaldía habilitó el horario de la noche para frecuentar bares, cantinas y discotecas, sacaron los cohetillos y festejaron, sabiendo encima que estaba en riesgo su vida. Tres semanas después, uno de ellos ya estaba en el cementerio, descansando porque había ganado lo suficiente.
Durante el encierro del COVID la gente deseaba salir pero también se dio cuenta que podían abrazar a sus conocidos.
En todo el mundo donde nunca entran en crisis, está exactamente todo lo que es diversión, por eso que en toda la situación metió en crisis todo esto y no solo esto, sino que también entraron en crisis las personas que tuvieron que estar encerradas y decían “por lo menos pudiera salir”, pero también en lo positivo se dieron cuenta, “por lo menos puedo dar un abrazo a alguien que conozco, a los amigos tengo que mantener distancia”.
Hay un deseo de la humanidad por algo que le satisfaga, no importa si arruinan su vida.
¿Por qué todo esto? ¿Por qué subrayo y empiezo la reflexión en todo esto? Porque hay un deseo profundo de la humanidad por algo que le de satisfacción, de algo que le apacigüe los deseos del corazón. Y los deseos del corazón se apaciguan a veces con los boliches, para que las personas que están tan metidas en esto que acaban de arruinar su vida y se vuelven alcohólicos. ¿Por qué? Porque la sed es así. Tomas, tienes sed, tomas te pasa la sed y después de un rato vuelves a tener sed y vuelves a empezar, eso si es un mecanismo de corazón.
Durante el encierro del COVID en ciertos lugares aumentó el consumo de drogas.
Pero no solo hay los que están ligados al tema del alcohol, al tema de las drogas, interesantes unos datos estadísticos que se tuvieron en la época en que estábamos encerrados por el COVID, en ciertos lugares aumentó el consumo de drogas porque el encierro, la falta de algo que llene la vida, se compensa de esta manera.
El corazón del hombre siempre busca algo que lo llene, ej hacer sentir al otro que tiene poder.
El corazón del hombre, de la persona humana busca siempre algo que lo llene, pero cuando no son estas cosas a veces es el poder. Poder manifestar un poder, poder hacer sentir al otro que uno vale, que tiene un poder, le satisface. Duermen felices porque han podido manifestar su poder, pero cuando tienen el poder y no tienen la capacidad, en vez de ayudar, son los que meten traba para que los demás no puedan hacer nada, porque ellos han dicho que “no” y esto les satisface porque han sentido que tienen poder, también esto responde a esta sed del corazón.
Algunos sacian su deseo en el dinero, no son capaces de ayudar, necesitan engañar
Y otros que lo meten en el dinero su deseo y sacian su sed en el dinero. No importa cuanto tengan, no son capaces de ayudar, necesitan siempre engañar. Si pueden engañar a alguien y venderle un papelito que vale 50 centavos y venderles a 50 dólares, se sienten satisfechos porque han hecho un comercio que “valía la pena”. Esta sed que está en el corazón, se vuelve una manera de vivir.
El encuentro entre Jesús y la Samaritana es una historia de una humanidad que tiene sed
Y el encuentro entre Jesús y la Samaritana, ¡atención! que no es de tomar como un hecho puntual, de Jesús que encuentra una persona. En el Evangelio de Juan todo esto es simbólico, tiene todo un valor profundo, distinto piensa en esto, la mujer dice: Jesús cómo vas a sacar el agua si no tienes balde y el pozo es profundo. ¿Acaso la mujer tenía balde? Tenía cántaro, y con cántaro no se saca agua del pozo, entonces hay una incongruencia dentro de este Evangelio que Juan deja ahí, porque entendamos que, no hay que leerlo como un encuentro de una persona sino algo de mucho más de esto.
Por la sed del corazón llegamos a ver guerras grandes y pequeñas para satisfacer mis razones
Es una historia de sed, una historia de una humanidad que tiene sed, que llegamos por esta sed de corazón llegamos a ver hasta las guerras y no solo las grandes guerras en el mundo, hasta la “champa” guerras entre hermanos por un metro de terreno de herencia, o por mil bolivianos de herencia porque “me corresponde” tengo que satisfacer al fin las razones que me dicen que me hace falta.
Las relaciones verdaderas y sinceras sacian el corazón
Cuando lo que te hace falta son las relaciones verdaderas, son relaciones sinceras que te sacian el corazón. Cuando Jesús dice aquí a la Samaritana:
- Jesús: Vete a llamar a tu marido
- Samaritana: No tengo marido
- Jesús: Claro no tienes marido has tenido cinco y el que tienes ahora es el sexto.
Quien entiende un poco de lenguaje bíblico sabe que el seis es un número imperfecto. Falta un montón, falta lo verdadero, lo completo.
Los samaritanos era un pueblo de mestizaje que aprendió a conocer al Dios de Israel
Entonces lo que está diciendo, de hecho, no es un juicio moral el que Jesús da a esta mujer, aquí esta mujer representa la humanidad, una humanidad que anda dividida como andaban divididos los samaritanos que era un pueblo de mestizaje, que era un pueblo que en su mestizaje habían sido llevados a esta región de Palestina, 500 años antes y habían aprendido a conocer el Dios de Israel, habían construido un templo en el Monte Garizim, pero en realidad habían todos los templos de todas las otras divinidades. ¿Por qué? Porque era un mestizaje de fe y si esto me sirve, que me sirva. Si esto me cura que me cure. No importa si tengo que “prostituirme” a Dios o al demonio, da igual, lo importante que yo satisfaga mi necesidad.
Cuantas historias has vivido, pero te han dejado un sentimiento de vacío en el corazón?
Entonces la respuesta de Jesús: Llama a tu esposo, la respuesta “¿tantos amores no te han dado la razón?”, “¿Cuantas historias has vivido pero te han dejado un sentimiento de vacío en el corazón?”, cuantas cosas que les has buscado, les has creído y al comienzo parecía que todo funcionaba, y después te han dejado una amargura, una decepción. Y no sabías tanto si la decepción era por otro o por ti misma que sigue cayendo en una situación que no satisface.
Esto es el producto de este encuentro y al fin pillas un camino porque empieza a llamar a Jesús como judío, es interesante como Juan nos hace pasar de un lugar al otro, empieza a llamarlo como judío, que como me pides de beber tu que eres judío. Después empieza a llamarlo Señor y al fin le llama Mesías.
Hace un camino, va reconociendo Jesús y al final de este evangelio, los samaritanos que han tenido el testimonio de la mujer que ha encontrado finalmente algo por lo cual vale la pena vivir y morir lo llamarán Salvador del Mundo.
El que sacia tu sed es el encuentro con el Señor, con Dios.
Mientras los judíos quedarán solo al límite al reconocer o decir que el Mesías salvará solo su pueblo. Los samaritanos que han hecho todo este camino en estas imágenes de la mujer, llegan a descubrir que de verdad el que sacia tu sed es el encuentro con el Señor, encuentro con Dios que no te pide respeto de las leyes: Antiguo Testamento, tenemos que adorar aquí en el Garizim o donde dicen ustedes en Jerusalén.
Jesus