El Obispo del Vicariato Apostólico del Beni y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Mons. Aurelio Pesoa Ribera, afirmo que “si permanecemos dóciles a la acción del Espíritu Santo podremos estar seguros que descubriremos lo que Dios quiere de nosotros, en cada acontecimiento y en cada momento de la nuestra vida”, alentando a dejarnos “inspirar por el Espíritu de Dios para que nuestra vida cristiana, no sea una derrota, aunque haya tentación. Tentados sí, pero no vencidos”, señaló, este primer domingo de Cuaresma, desde la Catedral de la Santísima Trinidad.
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Primer
Jesús vencedor de las tentaciones
- La liturgia de este primer domingo de Cuaresma nos llama reconocer el camino de conversión y prepararnos así a la celebración de la Pascua del Señor. El Evangelio de hoy nos presenta el relato de las tentaciones del Señor.
El camino hacia la pascua para a través del desierto y la fidelidad de Jesús al Padre. El desierto en la Sagrada Escritura es un lugar de prueba y de encuentro con Dios. Para Jesús el desierto no es lugar para huir de su misión, sino lugar de confrontación. Es lugar de tentación y lucha.
Jesucristo, es presentado como Hijo de Dios y como Hijo de hombre que es conducido al desierto por el Espíritu Santo. El desierto recuerda el camino del Éxodo, los 40 años y 40 días. Después de ayunar es tentado por satanás (oportunismo ante la debilidad) en tres lugares distintos. Jesús es llevado por el Espíritu al desierto. El Espíritu es presencia permanente en la vida de Jesús todo cuanto Jesús realiza está dirigido por el Espíritu. El Espíritu es lucha y es victoria de Cristo.
2. La tentación de Jesús es olvidarse de cumplir con la voluntad del Padre.
a) La primera tentación se da en el desierto y se refiere a la relación con Dios “Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan” La tentación consiste en el uso de Dios y de la relación de privilegio con Él, como medio para aprovechar la condición humana en beneficio propio. El pedido del milagro pretende utilizar la religión para superar el hambre todos los problemas, pedir a Dios que intervenga y así demuestre su amor y providencia, liberando a la humanidad de ser protagonista y de su responsabilidad de la vida personal y social.
b) La segunda tentación tiene lugar en un lugar alto. Refiere a la tentación del poder económico: “te daré todo el poder y la gloria de estos reinos… si tú me adoras, todo esto será tuyo” En la historia y nuestros tiempos actuales no son excepciones, el hombre moderno dispuesto a sacrificar todo para lograr el poder económico, acumular bienes y creer que tendrá tiempo para disfrutarlo al máximo, las riquezas son su mayor preocupación, son sus dioses.
c) La tercerea tentación el alero del templo de Jerusalén; es la tentación del poder político: “Lo llevo y lo puso sobre el alero del templo, y le dijo: Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo… los ángeles te llevaran en sus manos para que no tropiece tu pie ninguna piedra” el ser humano con el fin de obtener popularidad, poder o algún cargo es capaz de aventurarse cualquier cosa, incluso a abandonar y renunciar a su fe en Dios, incluso negando y desconociendo a los suyos y a los amigos.
3. Jesús responde al tentador “no solo de pan vive el hombre, el Señor tu Dios adoraras y a Él solo darás culto y no tentaras al Señor tu Dios” Esto es una manifestación clara del Espíritu Santo, Jesús busca servir solo y únicamente a Dios.
El evangelista nos relata hoy que: Jesús vence las tentaciones y afirma al final que “Satanás se alejó de Él hasta el momento oportuno” ese momento oportuno se refiere al momento de la Pasión. A Jesús se le presentan dos vías: 1) un mesianismo triunfalista y desde el poder, o 2) mesianismo en pobreza y entrega por amor.
4. En el desierto de la vida es el Espíritu quien nos modela y nos conduce, según el camino y el modelo de ser del enviado del padre. En el desierto Jesús es sometido a la prueba, es tentado, pero no vencido, de esa manera nos hace un llamado a combatir y hacer frente a tantas tentaciones que nos ofrece el mundo de hoy con sus ídolos del dinero, el poder, placer y con sus manifestaciones de dominio, autosuficiencia, apariencia, utilización, individualismo, oportunismo, etc.
Por eso solo si permanecemos dóciles a la acción del Espíritu Santo podremos estar seguros que descubriremos lo que Dios quiere de nosotros, en cada acontecimiento y en cada momento de la nuestra vida. Dejémonos inspirar por el Espíritu de Dios para que nuestra vida cristiana, no sea una derrota, aunque haya tentación. Tentados sí, pero no vencidos.
Jesús el Hijo de Dios, para redimirnos optó por la vida del amor y la pobreza, así aparece como el vencedor de las tentaciones, por eso es presentado como el modelo y guía de vida y fidelidad hasta el final, para todos sus discípulos. El tema del amor es la asignatura no aprendida todavía, por muchos de nosotros, es la lección pendiente.
Fuente: Prensa CEB / Iglesia Viva