En este décimo noveno domingo del Tiempo Ordinario, Mons. Oscar Aparicio, Arzobispo de la Arquidiócesis de Cochabamba celebró una Eucaristía especial en el Santuario de la Virgen María de Urcupiña, en Quillacollo, que desde tempranas horas miles de feligreses con sus familias se dirigen a los pies de la Mamita, trayendo velas y flores para ofrecerlas a la Virgen.
Durante su homilía, Mons. Aparicio recordó que María es misionera, anunciadora de la presencia del Señor en nuestras vidas, es aquella que nos dice ¡ánimo no tengan miedo!, es aquella que fortalece la Iglesia. “María con toda ternura nos acompaña, nos anuncia renovar nuestra fe, sabiendo las adversidades que podamos tener de crisis, soledad o desamparo, el Señor no nos abandona y la presencia de la virgen es real” expresó.
“¿Qué nos mueve hasta aquí?, es encontrarse con la vida, con la misericordia de Dios. Elías está en un momento de crisis, se retira para orar, y el Señor se presenta en brisa suave que acompaña y anima a Elías a retornar al camino de Dios. Es este el Evangelio que anunciamos, por ejemplo, anunciamos el hecho de que el ser humano es concebido y tiene vida”.
Por otro lado, llamó a la reflexión sobre el cuidado y protección de la naturaleza a raíz de los incendios registrados en los parques del Tunari y en Tarija; así mismo animó a levantar la voz en el anuncio de la vida, pues “la familia que está siendo atacada, es también el Evangelio que el Señor nos está regalando, es una familia constituida a la imagen de la Sagrada Familia de Nazaret”.
Al finalizar la homilía expresó que “estamos llamados a anunciar en nuestra vida cotidiana el Evangelio del Señor”, y que “la maternidad de María renueve nuestro espíritu, nuestra vida, y desde aquí, desde el Santuario la Virgen nos acompañe y el Señor Jesús sea nuestra salvación”.
Fueron palabras del Arzobispo de Cochabamba, tierra bendita que acoge a miles de feligreses que peregrinan desde tierras lejanas, hasta el Santuario Mariano de Urcupiña. Expresión de fe y renovación de las personas que vienen a agradecer y pedir a la Virgen María.