Agradecemos el apoyo constante que siempre nos brinda Mons. Antonio Reimann, Obispo del Vicariato Ñuflo de Chávez y Presidente del Área de Evangelización. Esta vez envía un saludo a los misioneros laicos que participan del IV taller de formación misionera en la Arquidiócesis de Cochabamba.
Un saludo agradecido a todos los misioneros y misioneras que transmiten la Fe en Cristo a través del testimonio de su vida, y con el anuncio de la Palabra de Dios.
San Agustín decía, que nuestro corazón está inquieto, hasta que no descanse en Él.
La obra de la nueva evangelización consiste en proponer de nuevo al corazón y a la mente, la belleza y la novedad perenne del encuentro con Cristo.
El Espíritu del Señor que ha sido derramado en nosotros en el sacramento del bautismo, nos invita constantemente a contemplar el rostro del Señor, y revivir su misterio pascual en nuestras vidas. Él Señor nos espera en el fondo de nuestro corazón, nos espera en la comunidad de fe y de caridad, que es su Iglesia; en los sacramentos que ahí celebramos; nos espera también en cada ser humano, sediento de Dios, de su amor y de su justicia.
San Francisco de Asís, cuyo nombre ha resonado muchísimo durante este Sínodo, decía a sus hermanos: ¡Comencemos de nuevo hermanos! Es eso lo que nos desafía la nueva evangelización. Acoger al Señor, que en estos tiempos nuevos llama a nuestra puerta, para ofrecernos una vida nueva.
Estoy convencido que si lo acogemos cada día, se encenderá nuevo ardor en nuestros corazones, y esta pasión por Cristo, se traducirá en la pasión por nuestros hermanos y hermanas, que todavía no conocen bien al Señor.
Que Dios por intercesión de la Virgen María, Estrella de la Nueva Evangelización, les bendiga a todos, reunidos en el IV Curso de formación misionera.
+Antonio B. Reimann, ofm