Comienzo este artículo sosteniendo que dos horas más de trabajo para médicos, personal de apoyo técnico y administrativos no es la solución para la actual crisis de la salud en el país; situación crónica que se arrastra hace años. Tampoco es suficiente sostener que la falta de infraestructura, equipamiento, insumos y otros sean la suficiente causa para afirmar sobre la mala calidad de atención que se brinda al paciente en los servicios dependientes de los Seguros de Salud y el Ministerio de Salud y Deportes.
Desde un punto de vista social y político, el tema de la Salud Pública es muy complejo y sensible como el propio organismo humano. Frente a una patología clínica el diagnóstico se hará con el método semiológico, y el tratamiento será terapéutico o quirúrgico; pero frente a una patología social el diagnóstico se realizará con la bioestadística y el tratamiento con una buena administración sanitaria. Problemática ésta que debe ser manejada por el “Equipo Médico o Especialistas” cuyo estudio y seguridad se basa en el conocimiento científico.
La convulsión y descontento popular que va creciendo y que ha despertado la conciencia nacional sobre el retroceso en la administración y programas de salud, ha alertado no sólo al sector profesional y trabajadores en salud, sino también a Universidades y otros sectores. Como recurso a este conflicto, el Gobierno ha ofrecido hacer una “Cumbre de Salud” para dar solución integral a la problemática de atención sanitaria.
Cumbre que, pensamos, debería estar en el marco del concepto más amplio de las ciencias de la Salud Pública que se define: como las ciencias y el arte de mejorar la salud de la población mediante el esfuerzo organizado de la sociedad toda, usando las técnicas de prevención de la enfermedad y de protección y promoción de la salud.
La participación deberá ser de la sociedad en su conjunto, con cada una de sus partes y estructuras muy bien representadas de movimientos sociales, corporaciones, centros académicos, colegios de profesionales y otros. Priorizando, entre estos a los especialistas en Salud Pública o sanitaristas: planificadores, administradores, epidemiólogos y otras ramas, junto a médicos asistenciales, enfermeras y trabajadores en salud, cuyas vivencias y experiencias en los hospitales, centros de salud y puestos sanitarios sean la expresión para implementar las nuevas Políticas de Salud del Estado Plurinacional.
La medicina en general se divide en dos grandes capítulos: la asistencial curativa o individual en la que la prestación de servicios económica y tecnológicamente es cara, practicada y sostenida actualmente en los países ricos o del primer mundo; la otra es la medicina preventiva, social o comunitaria, modelo sanitario transitado por los anteriores países mencionados, para superar las altas tasas de morbimortalidad y con mayor énfasis en los países como Cuba e Israel que se precian de tener los mejores sistemas de salud en el mundo, por haber dado una mayor importancia y dedicación a la Educación Sanitaria como un capítulo vital en las ciencias de la Salud Pública. Medicina Social o colectiva de bajo costo y gran cobertura; pero de impacto intangible positivo a largo plazo y sostenible.
Si las circunstancias, la aceptación de la opinión pública, el tiempo y espacio, me dan la oportunidad de futuras publicaciones, abordaremos algunos componentes de la Salud Pública y sus problemas en el país: formación de los recursos humanos, administración de servicios, presupuesto en salud y financiamiento, sistema de salud y modelos sanitarios, infraestructura y equipamiento, atención sanitaria en áreas urbanas y rural, medicina tradicional y comunitaria dentro la interculturalidad, etc.
Para terminar sostengo que la Salud Pública se fundamenta en el respeto a los derechos humanos y en la búsqueda de una justicia social efectiva; como garantía de un mejor bienestar para todo el pueblo boliviano.