Esta mañana lancé un grito de horror al despertar y ver mi lecho conyugal rodeado de “ñatitas”, o sea, de calaveras no identificadas y que ahora son objetos de veneración por quienes les atribuyen virtudes milagrosas.
Ante mi alarido acudió mi pariente espiritual quien con gesto burlón trató de tranquilizarme explicándome que “las ñatitas” no causan daño a nadie y que –por el contrario– realizan milagros y brindan protección a quienes creen en ellas.
Al ver a mi comadre y saber que ella fue la autora de la introducción de las calaveras en mi alcoba conyugal le pregunté a la cholita cochabambina el motivo de su hazaña inconsulta, recibiendo la siguiente respuesta: Es que hoy, querido compadre, es martes 13 reconocido universalmente como un día de mala suerte y mucho más que se realizará en nuestro país el Censo de Población y vivienda que nos traerá muchas desgracias…” porque toda obra que realiza nuestro actual Gobierno es chueca y oculta segundas intenciones.
Agradecí la buena intención que tuvo al traer sin mi conocimiento a una treintena de “ñatitas” que seguramente me protegerán de la mala suerte y ambos acordamos que las calaveras permanecerán en mi casa hasta después del Censo y tendrán que ser registradas como mis “novias de la muerte”.
Ya tranquilizados, nos pusimos a conversar sobre la mala suerte del martes 13 contándole a mi comadre que en algunos rascacielos de New York y otras grandes ciudades no existe el piso 13 pasándose en la numeración del 12 al 14, lo que probaría loa universalidad de ese número llamado “kencha” por los cholos paceños que no podremos declararnos como tales por disposición de nuestras autoridades para demostrar que todos descendemos de alguna etnia indígena.
La cholita nacida en Quillacollo me preguntó si yo era supersticioso, manifestándole que como buen católico creo en algunas supersticiones, aprovechándose mi comadre para decirme que seguramente soy chato, o sea, de estatura breve desde que un martes 13 había pasado por debajo de una escalera, teniendo que celebrar su ocurrencia reconociendo que ella me aventaja en estatura 20 centímetros.
Volviendo al tema del censo, Macacha me preguntó si mi motocicleta Harley Davidson sería censada en mi casa o en la suya, acordando que lo sería en la suya porque yo soy periodista y podría tener problemas con la justicia y tengo muy mala suerte desde hace seis años.
Finalmente, comenzamos a mimar a las “ñatitas” para que nos protejan este martes 13 y también el próximo año que será el 2013.
