Su nombre científico es “cuniculus paca”, en el trópico de Cochabamba es conocido como Jochy Pintao por los jaspes que lleva en la piel. Los entendidos en la especie clasifican como vertebrados, mamíferos y herbívoros, viven en madrigueras, en huecos de los árboles y habitan cerca de lagos y ríos y es muy hábil para nadar.
Su carne es deliciosa y muy apetecida por los comunarios y los cazadores. Ahora se encuentra en peligro de extinción, porque se reproduce sólo en tiempo de calor y tiene una sola cría, y si la caza es permanente, esta especie puede desaparecer en corto tiempo.
Precisamente pensando en la conservación de la especie, la Universidad Mayor de San Simón en el Valle de Sacta, desde el año 2009 a iniciativa del Ing. Víctor Hugo Achá y colaborado por Daniel Hidalgo, egresado de la Carrera de Agronomía Tropical y Recursos Naturales, se mantiene la iniciativa de mejorar la reproducción de la especie en cautiverio.
La conservación de la especie es la finalidad principal del proyecto. Para ello, se realizan varias acciones que permiten desarrollar el manejo de la especie, desde la alimentación, la etología y la determinación de abundancia, por medio de trabajos de investigación a cargo de docentes y estudiantes de la Unidad Académica del Valle de Sacta.
En el proyecto, la acción principal está centrada en la captura de jochis en estado silvestre, para domesticarlos y cambiar sus hábitos de subsistencia de modo que puedan vivir en un criadero y promover su reproducción para la supervivencia de la especie, con el acompañamiento y asesoramiento de profesionales que desarrollan trabajos de investigación en torno a la especie.
El criadero ubicado en predios del fundo de Sacta actualmente cuenta con 55 ejemplares, de los cuales 20 han sido capturados por la comunidad y 35 nacieron en el criadero. El periodo de gestación es de 157 a 200 días, a decir de Hidalgo, la gestación es más o menos larga y da una sola cría.
A medida que pasa el tiempo, la población del jochi pintao es más escasa, porque los comunarios están destrozando su hábitat, por eso la prioridad del proyecto es la conservación de la especie para tener ejemplares domésticos de tal modo que las comunidades puedan criar y beneficiarse con la venta de su carne que es “exquisita y apetecible para la gente”, según Hidalgo, quien indica además que después de los seis meses de nacido el animal ya se puede disponer de cinco a seis kilos para la venta.
El precio de venta del jochi pintao es de Bs 40 por kilo y no se encuentra fácilmente en el mercado, salvo de algún cazador que persigue animales y los caza a riesgo de extinguir la especie y contribuir con su desaparición.
La alimentación del jochy pintao se basa en frutas y vegetales, tubérculos, vástagos, son de hábitat nocturno y su espacio de vida es el bosque, en el día se encuentran en sus madrigueras y en el criadero pasan el día durmiendo. El jochi pintao es diseminador de semillas y mantiene el equilibrio ecológico.
La Universidad Mayor de San Simón, en el Valle de Sacta, contribuye con trabajos de investigación para la conservación del jochi pintao y el manejo de la especie, con el apoyo de profesionales que viven en la región.
El autor es periodista y docente universitario