Ayer fue el primer Domingo de Adviento, cuyo sentido es avivar en los creyentes la venida del Señor. Durante la homilía, monseñor Sergio Gualberti se refirió a la memoria de la primera venida de Cristo y a la profecía de su última vuelta.
“El mensaje de Jesús no se dirige solo a sus discípulos ni a la gente de ese entonces, sino a los discípulos de todos los tiempos y también a nosotros. Él no nos está previniendo para ese futuro lejano, sino para que nos preparemos a enfrentar las dificultades del tiempo presente, la situación de desconcierto y desorientación que vive la humanidad y la precariedad y tribulación en la que frecuentemente viven sus seguidores”, señala.
Pide a los fieles estar prevenidos, y mantenerse despiertos porque es la condición indispensable para discernir los signos de los tiempos.
“Vivamos con intensidad la actitud de espera, de esperanza, de vigilancia y oración, propia del Adviento, para acoger con alegría al Señor que viene tanto en la Navidad como en el momento conclusivo de la salvación”, dijo