Análisis

COMENZÓ EL CARNAVAL DE ORURO

“La actividad más importante que desarrollamos los bolivianos es bailar”, así me dijo mi asesora espiritual y financiera, a tiempo de “sacarme de las pestañas” del hotel donde me hospedaba en Cochabamba y conducirme a la ciudad de Oruro en mi motocicleta Harley Davidson.

Ya en la ciudad de Pagador me manifestó: “Es que hoy domingo se realiza el primer convite del Carnaval orureño que comenzará el 19 de febrero del próximo año, aduciéndole con cierta timidez que me parecía algo exagerado iniciar los festejos carnavaleros con tanta anticipación.

Mi observación le pareció algo impertinente, aunque ella me explicó con suavidad que siendo el baile la actividad más trascendental que ejecutamos los bolivianos, el Carnaval de Oruro merecía tres meses y algo más, ya que bailando llegaríamos al mar y bailando venceríamos la crisis mundial de alimentos que anuncian los gobernantes del mundo.

Como no entiendo mucho de esos asuntos que mencionó mi pariente espiritual, le pregunté acerca de las actividades que tendríamos que realizar, pues ya me había olvidado de lo que era el Primer Convite y los siguientes convites que se realizan antes de la Entrada del Carnaval en honor a la Virgen del Socavón. La cholita cochabambina que cuida de mi orfandad en esta prematura vejez me dijo: “Usted no se preocupe de nada, compadrituy, pues yo he traído en mi equipaje el traje especial que usted precisará para asistir al mencionado ceremonial, yo le guiaré hasta el Templo del Socavón, y yo responderé por usted en el juramento ante la Virgen de bailar tres años más en honor a la Virgencita del Socavón.

De esa manera, me vi vestido con el traje que prescribe la asociación de bailarines y me sentí un orureñito más que iría a realizar su promesa ante la Madre de Dios (capítulo Oruro) y luego a ensayar los pasos de la Morenada que practicarían los amigos de mi comadre Macacha.

Llegados al Templo del Socavón, saludé con respeto y cariño al padre Jairo, de la Congregación de los Siervos de María, quien me tomó la promesa de bailar tres años más en honor de la Virgen del Socavón, lo cual podría conseguir el milagro de vivir tres años más, salvo error u omisión por causa de fallecimiento.

Mi joven comadre cochabambina me presentó a sus amigos morenos de su fraternidad quienes me ilustraron algo más acerca de la importancia del baile en Bolivia, subrayando la rigurosa preparación del Carnaval de Oruro, por ejemplo, que debería ser imitado por quienes nos gobiernan que preparan hechos importantes en 48 horas como ocurrirá con el Presupuesto General de la Nación o la designación de autoridades importantes, producto de la improvisación.

Un moreno me dijo: “Le desafío a que me diga qué hecho gubernamental se prepara con cuatro meses de anticipación”. Gran ejemplo de los orureños.