Este domingo monseñor Ricardo Centellas, arzobispo de la arquidiócesis de Sucre y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana alentó a los bolivianos a tener el espíritu de compartir, evitando la desigualdad social.
En el país hemos tenido millones de personas que han trabajado incansablemente por una mejor Bolivia, pero hace falta que todos entremos en esa dinámica, porque aún en nuestro país reina la desigualdad social. La mayoría de los bolivianos no tiene un salario estable, un trabajo con beneficios sociales. Entonces uno de los grandes signos de pobreza es el desempleo y, lo hay porque no existe el espíritu de compartir. Lo que tiene Bolivia es para todos, no es para unos cuantos y lo mismo podemos decir para el mundo, pero los humanos somos difíciles de cambiar”, manifestó monseñor basado en el discurso de Jesús en el evangelio de este domingo donde se presentan las bienaventuranzas.
Monseñor señaló que lo que Jesús intenta hacernos comprender es la identidad de la vida cristiana que está en la primera bienaventuranza: “Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos pertenece el Reino de Dios”.
Entonces Jesús nos dice que la vida consiste no en acumular cosas, pensamientos, ideas, sentimientos. Es todo lo contrario: la vida consiste en despojarse, desprenderse para compartir con los otros. Hay que compartir la vida, ideas, sentimientos y pensamientos”.
Dijo que este mundo no está para armar grupos aislados: “Es para comunicarnos, compartir, pero no se puede compartir la vida si no existe este espíritu de desprendimiento. Felices los que tienen espíritu de pobre, es decir, que han optado por vivir una vida sencilla, vivir con lo necesario”. El obispo exhortó a aportar cada día para construir un mundo de desprendimiento y gratuidad:
Cuántas peleas hay por herencias, por conveniencias y, en definitiva, por cuestión de dinero y economía. Pero Jesús dirá: “De qué les sirve acumular, si esta noche van a morir. Por supuesto que hay que trabajar, sacrificarse para vivir dignamente, pero con espíritu de pequeñez, no de grandiosidad”.
Finalmente monseñor Ricardo invitó a no olvidar el tener un espíritu de pequeñez, el colaborar a los demás y ser un granito de arena para que el mundo sea mejor: “Felices lo que comprenden que la vida es compartir, abrirse a los demás en pensamientos, sentimientos. Que eso reine en cada corazón, familia, grupo e instancia humana, y ojalá que nos dejemos guiar por esta bienaventuranza”, expresó el obispo en este espacio dominical donde la población renueva su comunión con Dios.
[Fuente: CENACOM]
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