El Padre Leo es Sacerdote Colombiano y vive en España:
“Me mamé de la soledad” fue la expresión del padre Alberto Linero que deja el ministerio sacerdotal.
Quiero hacer una reflexión sobre esta noticia que a muchos colombianos los habrá dejado desconcertados.
Lo confieso que para mí no fue sorpresa porque ya lo había intuido. El padre Linero y el padre Chucho son los dos sacerdotes más mediáticos entre el pueblo colombiano.
Hace unos días hice una publicación sobre el padre Chucho por un incidente en el que mintió y luego tuvo que retractarse. Aquí les dejo el enlace que nos ayudará a entender un poco la situación del padre Linero. https://www.facebook.com/leoferher/posts/10157797036929968
Lo que encuentro en común, es el daño que hacen los reflectores en la vida de un sacerdote que está expuesto frecuentemente a ellos.
Seguro muchos están triste por su decisión y pienso un poco en todo el camino que ha recorrido. El Señor siempre nos invita a no olvidar el amor primero. Imagino la ilusión con la que el padre Linero comenzó su formación en la comunidad de los Padres Eudistas y la alegría el dia de su ordenación sacerdotal. Pienso que acercó muchas personas al Señor a través del sacramento de la Reconciliación y a través de los otros carismas que el Señor le regaló. Me da tristeza que deje el ministerio sacerdotal porque aún podría dar mucho.
Trato de pensar en la crisis que lo llevó a esta decisión. Soy sacerdote y en los años que llevo ordenado también he tenido momentos difíciles en los que me he sentido tentado a mirar hacia otro lado y a pensar en otra forma de vida. Por eso no lo juzgo porque hace parte de este camino. Pero si quiero puntualizar algunas cosas.
No sé si alguien amigo del padre Alberto Linero le haga llegar esto que escribo ahora. De todas maneras lo escribo para que posiblemente le sirva a un sacerdote que esté pensando en dejarlo todo.
A nosotros a diferencia de muchos sacerdotes del pasado, nos tocó vivir en esta era de la tecnología y las redes sociales que cada día nos sorprenden por la rapidez y lo inmediato de podernos comunicar.
Tiene muchas bondades el acceso a la información pero al mismo tiempo sabemos de todos los peligros que conlleva.
No conozco personalmente a este sacerdote y no pretendo entrar a juzgar nada de su vida interior. Partiré de lo que es evidente, de lo que él mismo nos ha dejado ver en estos años.
Es famosa su frase: “El Man está vivo”. Man que sabemos es una palabra en Inglés que se traduce por hombre. Es verdad que en la costa pueda significar una manera cercana de hablar. Incluso en el interior del país, utilizamos la misma palabra para referirnos a otros. Por ejemplo cuando alguien dice: “Este man si es muy cansón”, para referirte alguien que es muy insistente y molesta. También le decimos: “Qué man tan aburridor”.
La expresión man puede que el padre Linero la utilizara para tener un lenguaje más cercano con los jóvenes, pero para referirse a Dios, al Señor, la verdad es que me parece un poco burda. Bueno no pretendo decir que por eso es que al padre Linero se le terminó la vocación.
Por educación debemos tener unas normas básicas. A los amigos de barrio con los que crecimos les podemos decir: “Man”, o a muchos les tenemos y nos tienen apodos. En familia nos llamamos hasta con diminutivos o con una palabra significativa de ternura.
Cuando estoy en otros contextos y delante de otras personas que merecen un trato de respeto no puedo caer en la ordinariez de tratarlas sin la debida consideración. Al médico, le digo: “Doctor”. A las personas mayores les doy el trato de señor o señora. Si me dirijo al Obispo le diré Monseñor o Excelencia. Si estoy saludando al presidente de la República, le diré: “Señor Presidente”, más allá de las afinidades políticas. Si no lo hago, esto hablará muy mal de mi. Y con Dios con mayor razón. Uno de los mandamientos es no usar el nombre de Dios en vano, es decir, ni para juramentos ni para pronunciarlo de forma banal. Eso no quiere decir que no lo sintamos como un Dios amigo. Santa Terese de Jesús lo llama Soberana Majestad.
En fin creo que la crisis va más allá de tratar así al Señor. El padre Linero en medio de chistes y bromas ha ido enseñando cosas contrarias a la fe de la Iglesia como por ejemplo que “Dios no castiga”, “El infierno no existe”, “El diablo es el mal”. Les tengo que decir en nombre de la Verdad que Dios es amor pero sí castiga y de eso tenemos la Biblia que lo confirma. El infierno es dogma de fe, al igual que Purgatorio y el Cielo. El diablo es un ser real, un ángel caído que tiene inteligencia y voluntad y su acción es el mal. También el padre Linero da consejos equivocados a las madres cuando le plantean realidades de hijos con crisis en la afectividad.
Cuando un sacerdote enseña cosas contrarias a la Palabra de Dios y al Magisterio, comienza a perder la vocación y si no termina saliéndose pues va a ser un pésimo sacerdote y no sólo eso sino que hará mucho daño a las almas.
El padre Linero dice estar mamado de la soledad, en otras palabras que está aburrido que no aguanta más.
Hermano en Cristo la soledad de un discípulo del Señor no es algo malo, al contrario es un regalo grande del Cielo cuando la descubrimos. Te comparto esta estrofa de San Juan de la Cruz del Cántico Espiritual:
La noche sosegada
en par de los levantes del aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.
Soledad sonora que se cultiva y fructifica con la oración.
Algo falló padre, las luces, los maquillajes, las comidas, los amigos, la vida social, no alcanzaron para llenar tu soledad.
Un día dijiste en una entrevista que te gustó leer las Cincuenta Sombras de Grey. Creo que por ahí se va diluyendo la vocación. Y lo más tremendo es que recomiendas su lectura. Seguro que muchos siguiendo tu consejo cometieron graves pecados.
Oro por ti y por mi porque no puedo cantar victoria de perseverar hasta el último día de mi vida como sacerdote, pero sí estoy seguro que cuando somos conscientes de cuáles son los peligros para nuestra vocación estamos más atentos.
La profunda crisis de la Iglesia en tantos lugares del mundo es porque hemos dejado enfriar el primer amor.
Padre Linero aún hay tiempo para pensarlo y para comenzar a enseñar lo que verdaderamente nos pide Cristo.
Un abrazo fraterno mi hermano en el ministerio.
P. Leonel Fernández