Hace 28 años, Juan Pablo II, el primer papa que visitó Bolivia, tuvo el detalle de dirigirnos este saludo. Sencillas, sabias y proféticas palabras que quizá hoy estén más vigentes que entonces. Felicidades, colegas periodistas, que Dios siga bendiciendo esta noble profesión, nuestras vidas y la de nuestras familias.
Saludo a los periodistas
La Paz, 9 de mayo de 1988
Queridos periodistas y agentes de la comunicación social:
He sabido que mañana, 10 de mayo se celebrará en Bolivia el día del periodista. A vosotros, pues, queridos periodistas bolivianos, así como a los que habéis venido de fuera con motivo de este mi viaje pastoral, mi saludo y mi felicitación anticipada.
Deseo a la vez manifestaros que siento profunda estima por vuestra profesión, a la que considero de suma importancia y trascendencia para la vida de la sociedad. Por ello os aliento a realizar siempre vuestras tareas informativas con un gran sentido de ética profesional y de constante atención a la inspiración moral que debe guiarlas.
Esto os hará sentir auténticos promotores del bien común, y nunca usuarios privilegiados de potentes medios de difusión al servicio de intereses particulares o conveniencias sectarias.
El código deontológico del informador, que conocéis muy bien, entraña una insobornable adhesión a la verdad, un respeto incondicional a la objetividad, sin ceder a eventuales presiones injustas ni a la tentación de desfigurar los hechos o las opiniones ajenas.
Sé, mis queridos periodistas de Bolivia, que una gran parte de vosotros sentís y apreciáis vuestra condición de profesionales católicos. Os invito en consecuencia a ejercer vuestras tareas con esa alta inspiración que debe brotar de vuestra fe cristiana. Y no olvidéis en vuestro trabajo a Aquél que vino al mundo para ser la Buena Noticia de salvación. Aquél, que es la VERDAD (cf. Jn. 14,6; 18,38), Cristo Jesús, el Redentor y Amigo del hombre.
Con estos deseos y esperanza, pido a Dios que bendiga vuestro trabajo vuestras personas y familias.