Análisis

William Aguilar Bolaños: Silencios que ensordecen

Caminando en esta aventura de vivir, me encuentro con una realidad que no puedo dejar de lado, porque llevamos entrañablemente la pasión de la libertad históricamente: la referente a las “famosas” elecciones nacionales. En mi criterio, lo que nos tocó vivir en octubre y noviembre del 2019 y posteriormente la pandemia son signos de los tiempos que marcarán un antes y después en Bolivia; pero esta vez ya no con los discursos desgastados de los siglos XIX o XX o con las viejas mañas de los mañudos de siempre.

Superando las ideologías, tendremos reencuentro y diálogo entre bolivianos, construyendo una macro identidad y no maquillajes simplistas al calor de unos cuantos.

En esta dinámica, no podemos dejar de lado el análisis de la generación política partidaria o, mejor dicho, la degeneración política partidaria: por un lado, está la generación de los 60 y 70 con un enraizamiento de creer que la política les pertenece; después está la de los 80 y 90 que están adormecidos por estos viejos resabios (ojo, hay excepciones).

Ahora bien, rompiendo esquemas, vienen los de la generación 2000 y 2010, ellos son el presente y futuro del verdadero rostro de la nueva Bolivia, pero, allí nace una pregunta ¿Los dejarán? o mejor dicho ¿Se dejarán?, el tiempo lo dirá.

En otros diálogos, saltó algo importante que está en el imaginario de la sociedad: ¿La verdadera pugna es espiritual? Desde los principios, valores, del creer, tener fe contra las “magias de gobierno”, no es error de taipeo, me entienden, son parte de la agenda global: narcotráfico, prostitución, trata y tráfico, aborto y desmontaje de pilar fundamental de una sociedad: la familia.

En esos ritmos de la historia, debemos entender y asumir, desde cuando nos toque vivir, que momentáneamente seguirá la crisis, porque todo tiene sus pasos y tiempos. Entonces los bolivianos debemos apoyar a todo aquel que vaya en su sintonía: sentir, pensar y actuar coherentemente, buscando justicia y el bien común; no hay recetas mágicas, lean donde lean, investiguen donde investiguen, filosofen o no, simplemente pasión / pasión de cambiar / cambiar / cambiar el mundo de nuestra Bolivia con el corazón.

¡Hasta siempre! Nunca pierdan su fe ni su esperanza con voz de justicia.