Análisis

ODA A LA SUEGRA

Cuando se habla de las suegras, generalmente existe la tendencia de hablar mal de ellas. Las hacen aparecer como gruñonas, metiches, intrusas, ogros, brujas, pesadillas, posesivas, manipuladoras, desubicadas, que se involucran en la vida de la pareja, que malcrían a los nietos, que aconsejan mal al hijo, que sienten celos y que compiten con la nuera. En fin, una serie de estereotipos que dan la sensación de rechazo recíproco entre la suegra, la nuera o el yerno.

Para ejemplificar estos frecuentes prejuicios, basta ver lo que ocurre en la conocida revista Condorito, con doña Tremebunda, la mamá de Yayita. Una mujer gorda, cachetona, indeseable, víctima de las pesadas bromas y ataques del yerno y de su esposo, que no miden nada para hacerla quedar mal en los espacios de la vida familiar. Todo un estereotipo de suegra, que incluso es habitual encontrar chistes que destacan el carácter agrio de las suegras, absorbentes y repelentes.

En la vida real, no todas las suegras son así como se las describe. Encontramos suegras de toda talla, las hay buenas gentes, también las que se entrometen en todo; otras indiferentes que ni dicen ni hacen nada. Es lugar común que la suegra considere a la nuera o el yerno como una intrusa o intruso incidiendo en el mito de las suegras malas.

En una conversación sobre el tema con amigos y amigas, descubrí que la mayoría de los varones se llevan bastante bien con sus suegras; al contrario de las mujeres, que frecuentemente tienen conflictos con la madre del marido. Está claro que las relaciones entre suegras y nueras resultan ser más conflictivas, porque acaso sienten celos y rivalidad. Eso lo explicará mejor Freud.

En mi caso, debo reconocer que tuve una suegra muy amable y comprensiva. Llegó a ser la madre que no tuve, porque a la edad de seis años, falleció la mía. Mi suegra estaba siempre dispuesta a colaborar en la atención de los nietos, preocupándose de los detalles pequeños, pero también de animar y de motivar para la buena marcha de la pareja. Nunca sentí que su presencia fuera una intromisión, al contrario, incluso muchas veces se ponía de mi lado.

Sentí mucho dolor cuando falleció de una muerte repentina que nadie esperaba. Quiero, a través de mi suegra, valorar a las suegras que se convierten en madres y que velan por el bienestar de la pareja y de los nietos.

Habría que intentar despojarse de los estereotipos que se van consolidando desde los medios de comunicación, principalmente a través de las telenovelas que difunden la imagen de una suegra entrometida y siniestra. Es importante poner las cosas en su justa medida, sin exagerar ni sobredimensionar la actitud y el comportamiento de las suegras.

Cerca de conmemorar el Día de la Madre, vaya entonces un sincero reconocimiento para las suegras, porque ellas estarán dando consejos, orientando y apoyando a la nuera o el yerno desde su experiencia y sabiduría. Definitivamente, no todas las suegras son tan insoportables como se las retrata, más que suegras pueden ser madres que están pendientes de la pareja y de sus nietos, por eso la necesidad de reivindicarlas en su rol protector de la familia. Felicidades.