El Arzobispo Coadjutor de la Arquidiócesis de Santa Cruz pidió construir una convivencia más solidaria, durante la alocución de su homilía por la efeméride del departamento de Santa Cruz.
“Una sociedad reconciliada y en paz apunta al bien común, suscita nuevas solidaridades, en función de la interdependencia entre los distintos sectores de la sociedad, con una particular atención a los sectores más vulnerables y desprotegidos”, dijo.
“La construcción del bien común tiene que ser el horizonte en el que se implementan los planes y programas públicos, desterrando de una vez por todas, los intereses particulares que inevitablemente siembran los gérmenes de la inestabilidad, la rebelión y la violencia”, acotó.
El Prelado señaló que ante la actual coyuntura hace falta con urgencia una radical conversión en todos los habitantes de esta tierra, particularmente en los responsables de la vida pública, para que Santa Cruz cumpla con su vocación de tierra acogedora y abierta a todos, donde muchos hermanos, que desde décadas siguen llegando acá de todos los rincones del país con muchas ilusiones y esperanzas, encuentren un ambiente de serenidad y paz, que favorezca las relaciones en igualdad y fraternidad, y se promueva la integración de las diferencias de cultura y origen.
“Y la obra de la justicia será la paz y los frutos de la justicia serán tranquilidad y seguridad, y el pueblo de Dios vivirá en paz. Tranquilidad, seguridad y paz, que no es solo ausencia de guerra, sino principalmente es don de Dios, es el gozo de los bienes para la vida plena, que comporta la realización y felicidad de la persona en una relación fraterna y de igual dignidad con los demás y en el respeto de la creación. La paz es por tanto vida, bienestar, estima, prosperidad, justicia compartida con los hermanos”, puntualizó.