Mons. Oscar Aparicio inicio la misa dominical pidiendo agradecer a nuestro Dios por su palabra y presencia y pidió interceder por nuestro pueblo por todas sus intensiones. Durante la alocución de su homilía resaltó la preocupación de la Iglesia católica por la situación de la familia.
¿Somos un pueblo que quiere seguir a Dios?
El Prelado explicó que Hoy la palabra ilumina mucho nuestro actuar nuestra forma de ser como Iglesia aquí en Cochabamba existen como dos profesiones de fe. La primera en Siquem el lugar donde el pueblo junto a Josue optan por el único Dios que los hace llegar a la tierra prometida.
La segunda profesión es la de Pedro, Señor a quien seguiremos?, en medio de estas dos profesiones de fe se presenta la propuesta de cómo vivir la belleza en la familia y en matrimonio.
El pueblo de Israel decide que servirá a Dios, ahí se constituye a un pueblo de libres, que han optado por aquel que los ha liberado porque han visto maravillas en el camino, Dios nunca los ha abandonado, dijo
La pregunta es para nosotros es ¿ustedes también quieren irse?, ustedes no quieren profesar la fe?, ustedes me desconocen? ojala todos podamos decir en la boca de Pedro Señor tu eres el que da vida.
Lejos de nosotros obedecer a nosotros ir en pos de otras voces, la palabra de Dios hoy nos exige esto. Somos un pueblo creyente? Somos un pueblo que quiere seguir a Dios?..si es así tiene que concordar con nuestra vida, cuestionó.
Ataques hacia la familia y al matrimonio la violencia contra las mujeres, el abandono a los niños y la infidelidad en el matrimonio
Así mismo el Arzobispo de Cochabamba identificó ataques a la familia, vemos tanta violencia por ejemplo en Cochabamba el mayor número de feminicidios está en Cochabamba, un pueblo católico, amante de la mamita de Urcupiña pero que se debate en situaciones que desdicen a la familia y a la belleza del matrimonio, acotó
Seria interesante saber cuantas familias viven en la infidelidad, por lo que sabemos Cochabamba es el centro del abandono impresionante, puntualizó.
Nuestra fe no puede estar en divorcio de nuestra vida, nuestra fe tiene que estar con lo que decimos, hay que constituir familias que muestren la belleza de la familia y esto tiene que ser producto de nuestra fe.