Pando

Mons. Eugenio Coter: “Dios nos hace hijos suyo por medio de esta iglesia”

En la fiesta de San Pedro y San Pablo, el obispo del Vicariato de Pando, Monseñor Eugenio Coter animó a sentirse bendecida por Dios por pertenecer a una Iglesia Santa Católica, que es frágil y pecadora, porque es la Iglesia de Cristo, y el mal no podrá contra ella. 

LEER LA HOMILÍA COMPLETA

HOMILÍA DE S.E. MONSEÑOR EUGENIO COTER, OBISPO DE PANDO.

Hoy domingo en que recordamos a estos dos grandes santos: Pedro y Pablo. Y recordamos en esto que la Iglesia de Jesucristo está fundada sobre los apóstoles. Atención bien cuando Cristo dice a Pedro: “tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” no le ha dicho tú Iglesia sino mi Iglesia, la Iglesia de Jesús, ¿y sobre quién la fundó? Sobre Pedro, sobre este hombre. ¿Acaso Jesús no sabía que era un hombre frágil, un hombre que probablemente le negaría? ¿Acaso no lo sabía? Yo creo que todos decimos ciertamente que Jesús lo sabía, y a pesar de esto Jesús ha dicho “sobre ti fundaré mi Iglesia”, ¿qué quiere decir esto? Que Jesús no tenía miedo de la fragilidad de Pero, de la cobardía de sus apóstoles, Jesús sabía, los conocía, pero a pesar de eso ha querido confiar su Iglesia a estos apóstoles frágiles, débiles, miedosos, pecadores, equivocados, pero sobre ellos ha fundado su Iglesia, ¡qué lindo¡ ¡qué grande¡ ningún hombre hubiese hecho algo así, ninguno. Hubiésemos buscado los mejores, los más instruidos, los más letrados, los más licenciados, o doctores, Jesús ha mirado a estas personas.

Con que amargura escuché a uno que me dijo: “¿sabe Monseñor? Yo estaba para entrar al monasterio pero después lo he pensado porque he visto la fragilidad de los padres y de los obispos y entonces me he ido con los hermanos (separados)”. Respeto que haya ido con los hermanos (separados), pero me parece que no ha leído bien el Evangelio, porque Jesús sabía lo que hacía, a pesar de eso sobre la fragilidad de esos hombres ha fundado su Iglesia, no cualquier Iglesia, sino la Suya. Puede ser que tengamos delante a los padrecitos más pecadores, los obispos más pecadores, o que tengamos, como nos dice la historia, los papas más pecadores, pero ¿Quiénes somos nosotros para ir a otra Iglesia? Ciertamente es otra iglesia, no la de Cristo. Quiero en esto ser claro, cuando se me justifica estas cosas que son lejanísimas del Evangelio, porque Cristo ha fundado esta Iglesia, la suya sobre la fragilidad de estas personas, pero fíjense, el poder de la muerte no prevalecerá sobre ella, sobre esta Iglesia que es la de Cristo. Podrá pasar lo que pase, es Su Iglesia, Él la cuida, la cuida más allá de donde la fragilidad de estos apóstoles no le permite llegar, Él la cuida.

Hay cristianos que se escandalizan, los puedo entender, pero ¿qué quieren? Cristo la fundó sobre la fragilidad de estos hombres, les ha pedido que se conviertan seguramente, pero esto no es una razón para que yo abandone la Iglesia de Cristo, y si lo hago tengo que saber que estoy abandonando la Iglesia de Cristo, no cualquier Iglesia, no una más. No me escandalizo, o mejor, sí me hacen sufrir pero no me escandalizo porque conozco la fragilidad de las personas, y sé que Cristo la fundó sobre estos apóstoles frágiles. Pero qué grande este Cristo que a pesar de esto dice “el mal no podrá contra ella”, ¿por qué? Porque no es la Iglesia de los apóstoles sino la de Iglesia de Cristo, por eso es que el mal no podrá sobre ella.

Y qué posibilidad que nos da el Señor a todos nosotros de sentir la presencia de Dios en nuestra vida por medio de estos apóstoles, sufran cuando los escandalizan, entiendo sufrimos todos, pero no se escandalicen, no se escandalicen, el mal no podrá sobre la Iglesia de Cristo.

Puede ser que sus sacerdotes sean frágiles, puede ser que los obispos les escandalicen, puede ser hasta que el Papa les sea razón de sufrimiento, pero es la Iglesia de Cristo, el mal no podrá sobre ella. Entonces cuidado hermanos, sintamos que por medio de esta Iglesia, frágil, el Señor nos cuida, nos ama, y nos ayuda a caminar, y se pone a nuestro alcance, se nos ofrece en el Pan y a la Iglesia consagra, nos da el perdón de Dios que la iglesia nos regala, nos casa delante del Señor, y nos une delante del Él como presencia dela iglesia, nos acoge cuando nacemos y nos hace hijos de Dios, y Dios nos hace hijos suyo por medio de esta iglesia, y nos despide de la tierra confiándonos al amor del Padre el día que nos vamos de aquí para gozar de la casa del Padre. Es la Iglesia de Cristo hermanos, qué grande es la Iglesia.

Sintámonos bendecidos por esta Iglesia frágil y pecadora, porque es la Iglesia de Cristo, y el mal no podrá contra ella, la hará sufrir, pero no podrá. Que Dios siga actuando hoy, en la historia, en el mundo, en nuestra vida, por medio de su Iglesia, la Iglesia de los apóstoles, la Iglesia de Cristo.