Mons. Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando a la luz del evangelio de este domingo recordó dos criterios importantes de reflexión: “De los frutos que hacemos, vemos si estamos marchando bien o no” y “La boca habla de lo que está lleno el corazón”.
El evangelio de hoy nos da un criterio, no hay árbol malo que de fruto bueno, entonces de lo que uno genera a su alrededor podemos entender que persona es, de lo que uno produce entendemos que persona puede ser, de lo que uno habla constantemente podemos darnos cuenta de que persona es, pero no para condenar y juzgar al otro, sino para estar atentos a nosotros mismos.
Hay un fenómeno interesante que sucede en todo el mundo, cuando un joven adicto a la drogadicción llega a un pueblo en el cual no conoce a nadie, en media hora ya encontró de donde abastecerse de sus drogas, como lo hace, hay un imán que los lleva a buscar lo parecido, dentro de lo que muchas veces no vemos, ellos lo saben reconocer, tienen una percepción de cómo, pero se percibe así cuando una persona, de su corazón salen discursos, en vez de ponerse atento y critico consigo mismo,
Jesús nos da este segundo criterio, que la boca habla de lo que esta lleno el corazón, y este es un criterio en el que tenemos que mirar, que discurso voy haciendo, y que actitudes voy tomando, me hace pensar si no estoy colando el mosquito y me estoy tragando el camello, Lucas en el evangelio recuerda porque eran las cosas que Jesús reprochaba, sobre todo a los fariseos.
Jesús reprochaba sobre ser falsos, mentirosos, farsantes, actores que se ponen la máscara, pero en la práctica, en la realidad no asumen en el corazón estas actitudes, entonces Lucas le recuerda a la comunidad cristiana los riesgos de estas cosas, les recuerda que tienen que velar, porque es fácil condenar los errores de los demás y repetirlo nosotros mismos.
A veces sonrío cuando escucho, hablar de colonialismo y que tenemos que liberarnos, y después apoyamos al político de turno porque me regala un bolígrafo, ¿acaso no es seguir en lo mismo?, y cuando está en la ciudad le pedimos ¿que nos das de regalo?, como si tener una planta de producción industrial fuera un regalo y no un deber para garantizar un trabajo.
Pero ven la cabeza no ha cambiado, hablamos de libarnos del colonialismo más lo repetimos, más hablamos de la discriminación y más la construimos, y hay los que la utilizan con fines políticos.
El evangelio nos pica donde nos duele, y Jesús nos invita a liberarnos de esta actitud, a estar atentos, velar. Lucas le dice al cristiano de su tiempo, es fácil engañarte sacar la pajita del ojo de los demás cuando tu tienes una viga, cuídate de esto porque esto tumbaría todo lo que es el camino de liberación, grandeza, vida, que Jesús te propone. Pidamos al Señor la capacidad de velar y vigilar.
Fuente: Iglesia Viva